sábado, 26 de marzo de 2016

PEKANGA

No me dejes
Solo, en la boca del lobo,
Mírame al menos
Como me devoran tus velos.
 
No me digas
Con cara de pena adiós,
Si nunca giraste la rueca del amor
Tan solo para la billetera tenias ojos.
 
No me busques
Cuando el velo del dólar vuele
Y compruebes lo que la soledad duele
Dentro del alma, tan solo al verte.
 
No me reces
Cuando te hablen de este suicida
Recuerda, alguna que otra caricia
Robada entre las piernas de tú querer.
 
No me vendas
Lágrimas de olvido
Ni jures que me has querido
El amor, es algo que tú nunca has vivido.

jueves, 24 de marzo de 2016

Toku weriweri


Este cuerpo dolorido

Por dentro y por fuera

Con tú beso adormecido

En mis labios sin fuerza.

Quiere morir

Cada amanecer junto a ti

Boca con boca para mí

Y dejar de sufrir.

No quiero más calmantes

Que ahuyenten tus recuerdos

Cuando aún somos amantes

Bailando en campos amapolados.

Y,,,, llegará un día

Que tú luz y mi luz se complementaran

Para decirle adiós a tanta soledad

Y al mundo irreal.

¡¡ No me quitéis mis sueños¡¡

¿Hay algo para reemplazarlos?












domingo, 20 de marzo de 2016

AMIGA

Si me puedes leer aún entre líneas
Sabes, de tantas noches en blanco
De mi cántaro pleno de lágrimas
Y de mi corazón cosido a retazos.
Si escuchas todos mis silencios
Sabrás, de mis heridas vendidas
Por soportar la vida de engaños
Donde solo hay palabras perdidas.
Y si me ves, mírame detenidamente
Veras, a un hombre herido de amor
Que está llevándoselo la fría corriente.
Ya perdí incluso hasta su dulce sabor,
Las tres de la madrugada, este doliente
Va, al solo lugar de paz, la diaria muerte.










viernes, 11 de marzo de 2016

MAGDALENA

Con su abrigo de plástico rojo adornado con costuras de los tiempos de la transición española, apoyada en la pared de la estación del tren, como siempre, con el pelo sucio y raquítico que tenia,, recogido con una cinta de goma verde, miraba a la gente, que prácticamente era la misma todos los días, esperando que alguien le hablara pero como siempre, nadie le decía nada, todos en el pueblo la conocían, era la Magda , nadie le decía su nombre completo de Magdalena, pero eso ya no le importaba, estaba acostumbrada.
Se pasaba el día yendo y viniendo a Xativa, llevaba bolsas plenas y las volvía vacías y al contrario también, tenía una edad indeterminada entre dieciocho y veintiocho porque con la forma de vestir que usaba y los pelos “desagriñados”, era imposible saber su edad, Magda vivía a las afueras del pueblo en un barrio pequeño de diez casas hechas por los mismos propietarios en los años cincuenta, cuando la emigración dentro y fuera de España era la única salida para millones de españoles.
Su padre siempre iba en una bicicleta de las primeras que inventaron y se paraba a hablar con ella donde la encontrara, a mi me daba la impresión de que la controlaba, jamás iba con su madre ni se les veían juntas, su madre era la típica mujer del campo que vivía mejor en la casa del barrio ese en mitad del campo que dentro de la ciudad, de las personas que salieron de su pueblucho y nunca se adaptaron a la ciudad, quizás también fuese porque eran tan pobres que la gente los rechazó desde el principio.
Magda parecía que sicológicamente no estaba bien pero era debido a la forma que sus padres tuvieron de criarla, sobretodo su padre que en la vieja bicicleta llevaba un capazo donde entre otras cosas siempre había una botella de vino ó mejor dicho un tetra-brik con el vino más barato que había. Desde muy pequeña aprendió que la vida era muy dura, desde los once años su padre abusaba de ella sexualmente, un día su madre los pilló en la cama y le dijo a ella de toda clase de insultos, puta, zorra, perra que ella tenía la culpa de provocar a su padre, desde entonces dejó de hablarle a Magda, como si no existiera en la casa, porque su madre la quería echar de la casa pero su padre le dijo que no.
Nunca fue al colegio, porque un día que fue, los niños se reían de ella, por eso ella prefirió ponerse a hacer recados a las personas mayores que le daban una propina y que su padre la controlaba para que se la diera a él, y así transcurrió su infancia, entre la indiferencia de la madre y las palizas del padre, para ella eso llegó a ser una vida normal, porque las personas nos acostumbramos a lo más inverosímil, aunque creamos lo contrario y si es desde pequeños aún más porque ella se dio cuenta que si le hacía caso en todo a su padre, no le pegaba y también la buscaba menos para la cama.
Hay personas que las hacen ser adultas antes de tiempo y quedan marcadas ya para toda la vida y la mayoría, de mayores siempre serán muñecos rotos.
Con quince años Magda se acercó a su padre y le dijo “papa estoy preñá”” ¿qué? tú estás loca, te dije que no dejaras de tomarte la pastilla, serás mamarracho” diciéndole todo esto se levantó y comenzó a pegarla, pero ella salió corriendo, él cogió su bicicleta y se fue a ver al único amigo que tenia, un hombre de su misma edad que tenía una caballeriza de cuatro ó cinco caballos que los sacaba en las fiestas del pueblo, aparte por supuesto tenía su campo de naranjos como mucha gente.
Comenzó a buscarlo por toda la finca hasta que lo encontró arreglando la herradura de un caballo “Manolo” “qué pasa hombre” “tengo a la Magda preñá” “que no se tomaba las pastillas” “ella dice que si” “Y ahora que vas a hacer” “ a eso vengo a que me aconsejes” “ si la llevas al médico ó al hospital se va a descubrir todo el pastel”” ya lo sé Manolo, no me asustes más” “ hombre se podría hacer una cosa, pero a cambio me lo tienes que agradecer” “ si se soluciona tú pídeme lo que quieras”” hombre ya que la tienes preñá me la podías dejar un rato para mi” “ ah,,, era eso, cuando tú quieras sin problema”” pues entonces el viernes que mi mujer se va al mercadillo me la traes a media mañana””vale, ¿pero la solución?” “tu déjame a mi” y así quedó el asunto.
Magda notó que toda la semana su padre la trataba con más normalidad de lo habitual y tampoco había ido a buscarla a la cama, empezó a pensar que por fin la estaba dejando de acosar hasta que llego el viernes por la mañana y su padre le dijo que se duchara y se pusiera algún vestido mejor, ella creía que la iba a llevar a algún sitio, (como era la feria de Xativa) y se puso contenta “¿Dónde vamos?” “ya lo veras, no preguntes tanto”.
Comenzaron a caminar bajando hacia el rio, él montado en su bicicleta y ella andando, cuando llegaron al cruce tomaron a la izquierda “por aquí no se va a Játiva” “ y quién te ha dicho a ti que vamos a Játiva “Magda comenzó a pensar que algo malo le esperaba, que la ducha y el vestido  eran para otra cosa, pero no podía adivinar el qué, hasta que llegaron a la finca de Manolo y a la entrada su padre la agarró del brazo y le dijo “haz todo lo que Manolo te pida, obedécele en todo, sea lo que sea, si te portas bien con él nos ayudará con el embarazo.
Su padre se fue y ella comenzó a caminar hacia la casa como animal que va al matadero, no se atrevía a salir corriendo por miedo, ya tenía quince años y sabia lo que Manolo quería con ella, cuando llegó a la puerta de la casa, él la agarró de la cintura “vamos al pajar, estaremos mejor” eso era por si una casualidad su mujer volvía antes de tiempo, pero claro a ella no se lo dijo, nada más entrar en el pajar comenzó a desnudar a la estatua de mármol en que se había convertido Magda” por algo de tú parte ¿no?” le dijo Manolo y ella simplemente se recostó sobre la paja.
Cuando Manolo satisfizo sus bajos instintos comenzó a vestirse, ella enseguida hizo lo mismo y cuando se marchaba le dijo Manolo “dile a tú padre que el viernes tenéis que venir los dos y hasta entonces tomate estas yerbas por la mañana y por la noche” Magda no comprendía nada pero ella lo que quería era salir corriendo de aquel lugar, mientras caminaba hacia su casa los ojos los tenia llenos de lágrimas pero no soltó ni una, como un acto de coraje hacia ella misma y para no darles ese gusto a sus padres.
Cuando llegó a casa le dijo a su padre que ella no quería tomarse esas yerbas y entonces el padre le pegó una tremenda paliza, mientras estaba tirada aún en el suelo su madre le dijo “encima de puta, tonta” y se echó a reír, tanto para ser padre como para ser madre se debería hacer un examen de aptitud de paternidad, se ahorrarían muchos sufrimientos.
A la semana siguiente el viernes su padre la agarró del brazo y se fueron a casa de Manolo, tal como habían quedado, cuando llegaron había otro hombre que no conocían “Manolo este es Eusebio, el veterinario” Magda comenzó a temblar porque algo le decía que estaban preparando le alguna cosa mala.
Nada más entrar en la casa el veterinario les dijo “¿sabe alguien que estáis aquí? ¿Te has tomado las yerbas todos los días?”Magda no contesto, estaba petrificada, con la cabeza hacia abajo y pensando en lo mismo que siempre pensaba cuando su padre le pegaba ó abusaba de ella, se veía ella saltando entre nubes blancas, con un hermoso vestido blanco y recogiendo amapolas rojas para hacer un ramo, su padre si contestó” no se preocupe señor que nadie sabe que estamos aquí y yo me he encargado de que se tomara las yerbas” “ vale, échenla sobre la y tráiganme varios cojines y una sábana” cuando le trajeron todo lo que pidió les dijo “ahora déjenme a solas con ella, si necesito ayuda ya les llamaré”.
Su padre y Manolo salieron al comedor y se pusieron a beber, al rato comenzaron a oír a Magda gritar, con un grito de dolor y cada vez más fuerte, hasta que cuando mayor eran los gritos de golpe se dejaron de oír, un buen rato después salió el veterinario con las manos ensangrentadas “¿Dónde me puedo lavar? Ahora está mareada, cuando se despierte comenzara de nuevo a gritar” se dirigió al padre sacando un frasco de pastillas “tome, que se tome una cada ocho horas, ah y una cosa si hay complicaciones ustedes a mi no me conocen” “no te preocupes Eusebio con ellos no habrán problemas” le dijo Manolo.
Esa noche la pasó en casa de Manolo, cuando se despertó el dolor era inmenso, estaba totalmente mojada en sudor, temblaba como un flan, pero de su boca no salió ni un solo quejido, se refugió en su sueño salva vidas, aunque no podía retener las lágrimas que le caían por su rostro a su pesar.
Pasaban los días y Magda no paraba de sangrar, su padre no sabía qué hacer, se fue a ver a Manolo y a contárselo” ¿pero se está tomando las pastillas que le dio Eusebio?””Sí, claro ya lleva dos cajas” “y si está tan mal ¿porqué no la llevas a las Hermanas? La dejas en la puerta ó si quieres te inventas algo para dejársela a ellas”” ¿y si habla y lo cuenta todo?”” pero no dices que está tan mal, si desde el viernes no ha parado de sangrar esa se va a criar malvas”” ¿tú crees?”” claro hombre”.
Las Hijas de la Caridad era un convento que estaba en un altozano a un kilometro del pueblo, los más pobres cuando tenían problemas siempre acudían a ellas, todos las conocían como las Hermanas lo tenían como una norma del pueblo de toda la vida, un día a las seis de la mañana antes de que amaneciera su padre la montó en la bicicleta y enfilaron hacia el convento, cuando llegaron la bajó y la apoyo sobre la puerta y llamó con el pomo antiguo que había en la puerta y salió corriendo con la bicicleta.
La hermana sor Angustias al abrir la puerta se le cayó encima Magda, grito pidiendo ayuda y salieron otras hermanas y la ayudaron a entrar al convento y la llevaron directamente a la enfermería, la hermana superiora sor Juana llamo por teléfono al médico que no tardó mucho en llegar porque la superiora le dijo que era muy urgente.
Cuando llegó el médico fue directo a la enfermería, al ver a Magda, supo enseguida de qué se trataba “sor Juana usted quédese conmigo, las demás salgan y déjennos solos” mucho tiempo después salieron y el médico dijo “si vuelve a sangrar me llaman enseguida, ahora déjenla dormir hasta que ella sola se despierte”.
Magda estuvo todo el día durmiendo y con pesadillas, sudando un sudor frio, sor Juana se asustó y volvió a llamar al médico, cuando llegó el médico “¿Qué pasa Hermana?” “Doctor yo la veo muy mal, no ha parado todo el día de sudar y tener pesadillas” “Tú siempre tan cobarde Juana”  él la miro a la Hermana a los ojos y ella le mantuvo la mirada” de usted, doctor” “si claro, perdone”.
Después de auscultarla el doctor se giró hacia sor Juana “es el proceso natural Hermana, ha perdido mucha sangre y le han hecho una carnicería, nosotros no podemos hacer nada más, es ella la que tiene que salir adelante, a su favor tiene que es muy joven””muchas gracias doctor, perdone por molestarlo”” no pasa nada Juana” y salió a prisa de la enfermería mientras la Hermana con cara de disgustada esbozaba una sonrisa.
Al siguiente día Magda por fin abrió los ojos, sabia donde estaba porque el convento lo conocía pero no como había llegado hasta allí, enseguida llamaron a sor Juana “¿como estas hija mía?”Nunca le habían dicho “hija mía” se quedó pensativa pero no habló “¿te duele mucho?” siguió sin contestar “¿Cómo te llamas?” en vista que no hablaba la Hermana les dijo a las demás “dejémosla estar, está bajo un shock muy grande aún” y cuando iban saliendo de la enfermería “Magda” sor Juana se volvió y le dio un abrazo, no hija eso no es un nombre, tú te llamas Magdalena” dos lágrimas se deslizaron rostro abajo porque nadie la había llamado por su nombre nunca y tampoco conocía lo que era una caricia , un abrazo, en definitiva era la primera vez que la trataban como a un ser humano.
Conforme pasaban los días Magda se fue recuperando y comenzó a ayudar a las Hermanas en lo que ella podía, una tarde el doctor vino a reconocerla y vio que estaba muy bien “ya puedes continuar haciendo lo que hacías” Magda se dio la vuelta y salió “Hermana usted sabe que hay que dar parte a las autoridades””¿porqué doctor? Ella está muy a gusto aquí” “Hermana por Dios, usted no tiene derecho a engatusarla para que se quede aquí, ella tiene su libertad para elegir, cosa que tú no tuviste” sor Juana se quedo mirando por los cristales de la ventana con una mirada perdida “de acuerdo, vamos a hacer una cosa, hasta que se reponga del todo se quedará aquí con nosotras y después que ella elija ¿Le parece bien doctor?”Siempre te tienes que salir con la tuya, pero el que decide cuando esté bien del todo seré yo””muy bien doctor, pacto echo” él echó la mano a ella para confirmar el pacto pero ella se limitó a hacer una reverencia y darse la media vuelta y salir.
Poco a poco Magda fue mejorando y hablando cada vez más con las Hermanas, comenzó a aprender modales, a cultivar el huerto que le encantaba, a saber lo que era una palabra amable, pero lo que más le gustaba era cuando la llamaban, se hacia la sorda para oír varias veces Magdalena, Magdalena, oír su nombre la hacía sentirse persona.
Por fin un día llegó el doctor para reconocerla y vio que estaba ya perfectamente y llamo a la madre superiora “sor Juana, Magdalena ya se encuentra bien, yo he cumplido mi parte del pacto””entonces me toca cumplir a mi” llamó a Magda y cuando estaba delante de los dos  el doctor le preguntó” Magdalena, tú ya estás bien, ya puedes irte cuando quieras” Magda salió corriendo y se abrazo a sor Juana “yo no quiero irme de aquí, por favor no me echen””pero tienes toda una vida por delante y hay fuera puedes encontrar lo que quieras y ser libre””por favor, por favor no me echen”” ya ve doctor, a veces lo que buscamos lo llevamos nosotros dentro y que hay muchas formas de libertad “el doctor se dio la vuelta para irse pero antes se giró y le dijo a Sor Juana “siempre te sales con la tuya” y se marchó.
Y así comenzó la vida Magda, en el convento ya sin preocuparse porque la echaran.
Comenzó como Novicia Lega, ocupándose del huerto y de abrir la puerta a quién llamara al convento, nunca habló de su vida anterior al convento, su carácter cambió y se le veía feliz haciendo sus quehaceres, si había que hacer alguna cosa ella siempre salía de voluntaria.
Fueron pasando los años que a Magda le pasaron volando y un día la superiora la llamó “Magdalena, ya ha pasado el tiempo de su formación y noviciado, ha llegado la hora de que decida qué es lo que quiere hacer, no hace falta que me lo diga ahora, tómese su tiempo y reflexione bien porque es para toda la vida” “Hermana Superiora no hace falta que espere a mañana, se lo digo ahora mismo, yo quiero entrar en la congregación, por nada del mundo saldría de aquí” Sor Juana se le acercó y le dio un beso en la mejilla “entonces tenemos que preparar la ceremonia” y juntas salieron de la oficina de la superiora.
Un día la superiora le dijo que ya estaba preparada para salir del convento para ayudar a la gente necesitada, Sor Magdalena de la Cruz le dijo “lo que usted diga Sor Juana” “vas a ir acompañando de momento a la hermana sor Angustias que tiene experiencia”.
Al otro día a las ocho de la mañana salieron las dos hermanas del convento, carretera abajo hacia el pueblo “¿Dónde vamos hermana?”” a un barrio pobre , hija, a nosotras nunca nos tocará el centro de la ciudad” sor Magdalena conforme avanzaban iba reconociendo cada vez más el terreno, cuando llegaron a la bifurcación y giraron hacia el barrio las “Latas” comenzaron a temblarle las piernas y empezó a rezar en silencio pidiéndole a Dios que no fueran a su antigua casa, pero lo predestinado, predestinado está, se pararon justo en su antigua puerta, sor Angustias llamó y una voz ronca se oyó despacito “pase” Sor angustias penetró pero sor Magdalena no lo hacía “vamos hermana ¿a qué espera para entrar?”Cada paso que daba Sor Magdalena era como si fuera caminando sobre fuego, llegaron a la entrada de algo parecido a un dormitorio y sobre la cama había un anciano porque habló que si no se van sin verlo, hacia un olor nauseabundo, el anciano tenía la cara amarilla de la cirrosis, se incorporó un poco “ah, vienen dos” “si venimos dos porque aquí hay mucha faena, comenzaremos por asear este cuarto que huele a pocilga”.
Cuando Sor Angustias salió al patio a por un cubo de agua Sor Magdalena se le acerco más para ver si la reconocía, el anciano la miró y giró la cabeza como de no reconocer a la persona que lo estaba mirando “Hola padre”  el anciano la miró fijamente “¿padre?” “si padre soy magdalena la hija a la que tanto maltrataste “no puede ser, si me dijeron las hermanas que habías muerto”” te dijeron la verdad, había muerto para ti” el anciano se hundía cada vez más en el colchón intentando esconderse “¿Y madre?” esa se fue hace años a su pueblucho, todas me habéis abandonado” “ no padre, no te abandonemos es que tú nunca nos has tenido como seres humanos y sabes una cosa, hay gente mala, como tú, pero también hay muchísima gente buena de corazón, gente que trata a las demás personas como humanos, padres que aman a sus hijos y madres que se desviven por sus niñitos, afortunadamente el mundo no es como tú me querías hacer ver, pero a lo largo de una vida siempre te encontraras más gente buena que mala a la que puedes ayudar y ellos te ayudaran” diciendo esto sor Magdalena salió a buscar el agua y cuando entraron las dos hermanas el anciano estaba muerto con los ojos abiertos y una fotografía fuertemente agarrada con la mano izquierda, Sor Magdalena tuvo que hacer mucha fuerza para arrancárselo y cuando lo vio se persignó, se lo guardó y comenzó a llorar “hermana ¿de qué es la foto?” la sacó y se la dio “es la única foto que nos hicimos los tres en una feria y yo creía que estaba perdida” Sor Angustias se la devolvió dándole un beso en la mejilla” guárdela al fin y al cabo eran sus padres” “ahora tendrá que darle cuentas a Nuestro Señor”














miércoles, 2 de marzo de 2016

FRESAS DE PASIÓN

Las personas que amamos locamente
Si nos abandonan, morimos lentamente,
Porque el amor, es un estado permanente
De locura, ceguera y pasión indefinidamente.
Cuando la vida reparte cartas
Nunca me tocan las marcadas
Y siempre perdiendo tus miradas
En la cola del paro ya no estabas.
La vida ayer me susurró
Que la princesa ya huyó
En busca de su medio limón,
Donde los amores van sin timón.
¿Por qué este amor?
A estas alturas de cunas
Si las bocas están maduras
Como fresas  de pasión.