Te recuerdo, en la
Ciudad de las Ciencias
con ganas de ocultar ya
tu procedencia,
tu bello rostro
azabache, tus gafas negras
al mismo astro
brillante, le diste envidia.
Te di mis sueños
me los devolviste
muertos,
te di mis esperanzas
las convertiste en
cenizas,
te di mis alegrías
creyendo que me
enamorarías.
Te recuerdo, camino
de nuestra casa
y sin dejar de
observarme de reojo,
no sabias, que yo
hacia igual con tu cara
éramos dos exploradores
con sonrojo.
Me diste tus años
y te amé sin paños,
me diste tu cuerpo
hice con él fuego,
me diste un porvenir
sabia que te irías
sin mí.
Te recuerdo, bajando a
prisa las escaleras del metro
mi silencio, gritaba
a pleno pulmón, no me dejes,
el alma olvidé en
aquel lugar, por mucho que quiero