Todas las historias que voy a
contar son verídicas, y las cuento porque como a mí me criaron de otra forma(no
sé si peor ó mejor) nosotros en mi casa cuando iba a venir alguna de las escasísimas
visitas que venían, mi madre, pero sobre todo mi hermana, porque mi madre
mandaba mucho pero hacia poco, porque como siempre decía que estaba enferma,
limpiaba la casa a conciencia, cada cosa en su sitio, nos leía la cartilla
antes de que llegara la visita, de que no nos moviéramos y si nos daban algo
que dijéramos que no, pero si insistían que lo cogiésemos pero siempre dando
las gracias, y de esa forma de ser criado a la forma en que ahora entra por ejemplo
un instalador en una casa, hay una diferencia enorme, la gente (al menos la mayoría) ha perdido el pudor, le
da lo mismo como esté la casa y cómo se comporten sus hijos, de ahí el interés
de contar estas historias.
La verdad es que cuando entras a
casa de un extraño vas preparado mentalmente para todo (pero eso con los años)
ya que si es gente de dinero no esperes nada, ni agua, solo alguna bronca y sin
embargo si la casa es de gente normal, el trato es más amable y natural.
En un pueblecito de la Ribera
valenciana dieron el aviso de que el aire acondicionado no funcionaba bien, la
casa estaba en el centro del pueblo, cuando llamé me abrió con una cuerda desde
el primer piso, el olor que salió al abrir la puerta era nauseabundo y sorteando
toda clase de trastos conseguí llegar al piso donde estaba el dueño de la casa,
que ya estaba echado sobre el sofá, la casa se notaba que había una mujer en
algún momento del día porque delantales de cocina había varios colgados, todos
grises, supongo que sería porque así se nota menos la porquería,
aproximadamente como estaba la escalera estaba la habitación, tenias que mirar
donde pisabas porque si no lo menos que te podía pasar era que pisaras una
mierda del perro que tenían, en eso que llegó la mujer y nada más entrar
comenzó a echarle la broca, menos bonito le dijo de todo, hasta de lo que se tenía
que morir, cuando pude meter baza les dije “bueno que le pasa al aparato?” “pues
que no va, no tira aire frio como antes,
y eso que solo tiene un año” me subí con mucho cuidado encima una silla de las
de enea aún y cuando destape la tapa de los filtros tenían cada uno un dedo de
porquería “señora ¿desde cuándo no han limpiado los filtros?” y se los enseñé “
ah, pero esto hay que limpiarlo?” “pues claro mujer, por aquí es por donde el
aparato respira, si le tapamos la boca cómo va a echar aire frio?” “y yo que
sé, si esto tiene boca ó no tiene boca” me aguante la risa como pude porque
ella hablaba como si tuviera toda la razón y encima medio regañándote “vamos
acompáñeme que le voy a enseñar a limpiarlos, ¿tiene bañera?” “plato de ducha” “vale
pues eso nos sirve” y la señora sonrió pícaramente.
El plato de ducha servía para
todo menos para ducharse, porque estaba pleno de cajas con cebollas, con
naranjas, bueno eso parecía una frutería, como pude empecé a apartar cosas
hasta que me hice un hueco y le enseñé como tenía que limpiar los filtros, pero
con jabón de lavar los platos porque estaban llenos de grasa.
Cuando coloqué los filtros el
aparato comenzó a echar frío perfectamente, pero cuando le dije que me tenía
que pagar porque eso no era problema del aparato, comenzó la guerra de Troya,
menos bonico me dijo de todo, hasta que yo le dije “mire señora si no me paga
no pasa nada, simplemente usted pierde toda la garantía y si después tiene un
problema de verdad, la casa no se la va a cubrir” se quedó pensativa y salió
del dormitorio con los cuarenta euros “tome, pero que sepa que no hay derecho” cogí
el dinero y salí disimuladamente corriendo porque ya me tenia loco de la cabeza
la buena señora.
En otra ocasión fui a un piso en
un barrio bien de Valencia, me abrió una anciana con ojos llenos de tristeza,
primero la oí mirar por la rejilla de la puerta, muy amablemente me condujo al
salón donde estaba el aire acondicionado y su esposo sentado en un sillón con
una garrota en la mano, la señora me explicó qué le pasaba al aire, yo me subí
en una escalera pequeña y comencé a desarmar el aparato, la señora a pesar de
tener una cara de tristeza se notaba que había sido muy bella, se sentó en el
otro sillón con la mirada fija en el suelo, el piso era uno típico de personas
mayores con muebles antiguos y un aparador pleno de fotografías de ellos, de
cuando eran jóvenes, de un hombre casándose que parecía su hijo é innumerables
fotos más de un montón de gente.
Cuando estaba terminando de
montar el aparato porque ya estaba solucionada la avería, oigo la puerta de la
calle y entra un hombre, enseguida deduje que era el de la foto de casado pero
con más edad, a mí solo me dijo buenas tardes pero se fue cara a los abuelos y
comenzó” ¿no os he dicho mil veces que no le abráis a nadie si yo no estoy?” “a
mí no me digas nada que ha sido tu madre” agarró a la madre con fuerza del
brazo” pero ¿Qué hago contigo?¿cuántas veces te lo tengo que decir para que lo
comprendas? QUE NO LE ABRAS A NADIE” “pero hijo si es el técnico, antes de abrir
le he visto la acreditación” le estaba haciendo daño por el gesto de la cara de
la anciana.
Yo comencé a ponerme irritado
porque no soporto las injusticias y le pegué una mirada de mala ostia que el tío
se dio cuenta y soltó a la madre, como yo había terminado le dije “bueno
señores esto ya está” “¿seguro? ¿No se volverá a estropear?” me dijo el *hijo
de su madre* “caballero yo no soy adivino, solo soy un técnico” me miró con una
mirada de superioridad que iba a decirle algo pero la anciana se dio cuenta y
se levantó y me dijo “¿qué le debo?”” le dije la cantidad y la anciana me lo
trajo enseguida el dinero, mientras yo hacia
la factura.
Me despedí de los abuelos y me
acompañó a la puerta el *hijo de su madre* que no me dijo ni adiós, yo salí
todo nervioso de ver la escena que terminaba de suceder, porque si delante de
un extraño se comporta así ese tío, no me quiero imaginar cómo tratará a los abuelos
cuando está solo que nadie lo ve.
La vida a veces es
incomprensible, porque estos ancianos se veían buena gente, seguro que le
dieron los mejores colegios y todo lo mejor del mundo y luego le salió un
animal porque eso no era un ser humano.
Aproximadamente un año después
estaba yo en un bar y hojeando un periódico local me llamó la atención una
noticia de unos ancianos que habían sido encontrados muertos en su cama sin
signos de violencia y fueron los vecinos los que llamaron a la policía porque
llevaban más de una semana que llamaban a la puerta de los abuelos y nunca
nadie les respondía.
La noticia decía que vivían solos
y al final daba la dirección del suceso, me quedé en blanco al ver que era la
misma dirección de los abuelos.
Se ve que el hijo continuó con su
maltrato y ellos decidieron poner fin a tanto sufrimiento en esta vida.
Hace poco me enteré que en España
el 30% de los hijos pegan a los padres, Dios ¿a dónde ha llegado esta sociedad
que llaman del primer mundo?
Valencia tiene un barrio que se
llama la Malva-rosa y allí hay unos
bloques de viviendas con gente marginal que le dicen Las Casitas Rosas.
Son unos bloques de viviendas que
se construyeron durante el franquismo tras la riada de 1957 para meter a todas
las personas que vivían en chabolas y la riada se las destruyó.
La puerta de la calle estaba
abierta, entonces subí (era el primer piso) y llamé a la puerta de la vivienda,
salió un hombre de unos cuarenta años que me hizo entrar, nada más penetrar en
la casa me vino un olor a cloaca que casi vomito.
Pero comprobé que ese olor era
normal, en el comedor había una mesa con restos aún de la cena, sobre una mesa
estaban esparcidos toda clase de elementos sucios pero cuando entré en la
cocina me quede asombrado de cómo un ser humano podía ser tan guarro y vivir
sobre esa porquería, en el fregadero habían platos sin limpiar desde hacía años,
yo vi hasta gusanos por encima de los platos, para salir a un balconcito que
tenia la cocina tuve que ir apartando sacos de naranjas, de patatas, botellas
de butano y no sé cuantas cosas más.
El hombre tenía una minusvalía
por una pierna que tuvo un accidente laboral, consecuentemente cobraba una
pensión, vivía solo y debía tener algo de depresión porque yo vi ansiolíticos
encima de la mesa, cuando estaba arreglando el aparato me dijo “ déjelo bien
que yo no quiero pasar ni frio ni calor””hombre, el cuerpo necesita saber
cuando estamos en verano y cuando estamos en invierno, el aire acondicionado es
solo para rebajar un poco el frio y el calor””usted arréglelo bien que yo ni
salgo ni entro, siempre estoy aquí metido”.
No le dije nada de limpiar los
filtros porque si no limpiaba su propia casa se iba a poner a limpiar los
filtros del aire acondicionado, a todo esto el tío no se levantó del sofá en
ningún momento, solo para abrirme y cerrarme la puerta del piso.
Siempre me acordaré de la pudor
del piso y de la frase del tío-yo no quiero pasar ni frio ni calor- cuando salí
vi que me habían robado el limpiaparabrisas y el retrovisor, culpa mía por
fiarme de la gente.
En otra ocasión dieron el aviso
de una reparación en una fábrica de piensos, pero una fabrica enorme, cuando
fui me dijeron que para poder entrar tenía que llevar casco, zapatos
homologados y ropa especial, por supuesto tuve que dar la vuelta y marcharme
hasta que tuviera todo eso, porque salió el encargado de seguridad laboral y me
dijo que esas eran las normas que todos tenían que cumplir.
Un par de días después acudí otra
vez a la susodicha fábrica y me dejaron entrar porque iba todo equipado, el
aparato estaba al final de la parcela de la fábrica y cuando estoy subido en la
escalera arreglándolo me doy cuenta que en la alambrada que delimita el terreno
de la fábrica había un trozo de alambrada roto por donde cavia un camión, se lo
comenté a la persona que me acompañaba y me dijo “si, aquí son así, para unas
cosas te exigen la máxima seguridad y para otras no le hacen ni puñetero caso”
“ eso es muy español ¿No?” le conteste yo.
Precisamente cuando salía por la
puerta de la fábrica entraba el tío de la seguridad laboral y le dije lo del
agujero y me contestó”si, si, ya, ya” seguro que no se entero ni si quiera de
lo que le dije, y así como esta anécdota podría contar montones, de dejadez
incluso de centrales nucleares, que tú puedes pasear tranquilamente por dentro
de la central y nadie te pregunta nada
Aunque parezca mentira así es
porque lo he vivido yo.
Como entras en tantísimos
domicilios te encuentras todo tipo de gente y de –personajes- como en una
ocasión que era viernes a las seis de la tarde fui a una casa en el centro de
Valencia, yo pensaba que me iba a abrir la criada pero me abrió una señora
madura en bata con plumas, la señora me hizo entrar amablemente a su
dormitorio, que es donde estaba el aparato, después de una breve explicación de
lo que ella le notaba al aparato se sentó enfrente de mi con la bata abierta
por donde se vislumbraba el cuerpo relleno de una mujer madura con unos grandes
senos, mientras me contaba que hacía tres años que era viuda, que no tenía
hijos, que se encontraba muy sola, yo le dije que aún se encontraba muy bien
que podría tener aún al hombre que quisiera “no se ría de mí, usted cree que yo
estoy para gustar a un hombre” mientras decía esto se abría más de piernas.
Yo, que ya estaba nervioso se me
cayó el destornillador y ella se levantó enseguida para dármelo porque yo
estaba encima de la escalera y al dármelo se dio cuenta que yo tenía una gran
erección, puso su mano sobre mi miembro y me dijo “parece que te has calentado””uno
no es de piedra” mientras yo le decía esto ella me abrió la bragueta y saco mi
pene erecto y mientras lo succionaba se dejó caer la bata y pude ver todo su
cuerpo entero, no me atreví a decirle que edad tenia pero estuve a punto porque
cómo una mujer tan mayor podía tener unos senos tan erectos y un cuerpo relleno
pero de curvas perfectas.
Hicimos el amor con una fogosidad
increíble, se notaba que llevaba mucho tiempo sin hacer uso del matrimonio, me
dejó exhausto porque me comió todo y la verdad que yo a ella también, nunca
pensé que una mujer madura hiciera tan bien el amor.
Me dijo qué día podíamos
repetirlo y yo le dije que el miércoles tenía menos faena y podría volver, a lo
que ella me contestó “¿hasta el miércoles me vas a tener así?” yo le expliqué
que no podía ser antes y se conformó.
A la semana siguiente cuando
volví me estaba esperando con una lencería toda de negro que la hacía muy sexi
y me llevó directamente al dormitorio, estaba muy excitada y me hizo de todo
hasta ver las estrellas, yo también la hice gozar porque gritaba como una loca.
Le dije de quedar el próximo
miércoles y me dijo que no podía esa semana que quizás a la siguiente si podría,
eso me dejó pensativo porque una mujer tan fogosa cómo podía estar dos semanas
sin hacer nada ahora que había encontrado a un hombre.
Yo sabía que por las mañanas
había un portero hasta las dos de la tarde, así que a los dos días fui a su
casa y el portero me preguntó a donde iba “al piso de doña Amparo” le dije “ah
a casa de los Martínez, pues en estos momentos no están, han salido de buena
mañana” “ah ¿doña Amparo es casada?””Sí señor, los Martínez llevan treinta años
casados, pero los pobres no han tenido hijos” no hay mejor periódico que un
buen portero “el pobre señor Martínez se pasa la semana en casa de su madre,
cuidándola, es muy mayor, tiene más de cien años, pero no quiere llevarla a una
residencia”.
Un mes después volvió a entrar un
aviso desde la misma dirección y para no verla le di el aviso a otro compañero,
que estaba a punto de jubilarse, es que me sentó muy mal que se aprovechara de
mi, mintiéndome, porque si me hubiera contado la verdad lo primero es que no
hubiéramos hecho nada, porque no me gusta meterme entre una pareja y si conmigo
había hecho eso, seguro que habían más en su lista, porque tenía una enorme
experiencia en ligar con un hombre.
A veces pienso si hice bien ó me
pasé de honrado, no lo sé, pero así actué y así sucedió.
En una ocasión me llamaron de Carcagente,
un pueblo de la ribera valenciana y me recibió una señora ya mayor, pero con un
glamur increíble.
Caminaba con bastón y muy
despacito, pero andaba con la elegancia natural que algunas personas tienen ,
entré en su dormitorio y comprobé el aparato y funcionaba bien, se lo dije y
ella me contestó “el frio que echaba el año pasado no es el que echa ahora”” no
lo sé, señora lo que echaba el año pasado, pero ahora después de limpiarle los
filtros, el aparato funciona bien , lo que pasa es que tiene muchos años y como
todo cuando se hace viejo pues no funciona bien”
“¿Cómo yo, no?” “no mujer, no he
querido decir eso” “¿Qué edad me echas? Y te hablo de tú porque eres más joven
que yo””uy,,, yo soy muy malo para eso” “ las mujeres tenemos la coquetería de
no decir nuestra edad, cosa que no comprendo, porque lo importante es llegar a
tener cuantos más años mejor pero siempre y cuando esos años hayan sido
vividos, va di una cifra” “ pues yo diría que sesenta y dos ó sesenta y tres” “
el mes pasado cumplí los setenta” “ pues nadie lo diría” “ que zalamero eres
jajaja””¿y vive sola?”” si hijo, sí, tengo dos hijas una vive en Valencia y la
otra aquí en el pueblo, viene a verme todas las tardes y si no ,me telefonea a
ver como estoy, yo le digo siempre que estoy bien, aunque sea mentira pero que
voy a adelantar con quejarme, yo tengo, pues el mal de todas las personas mayores, el reuma y la
soledad, hasta hace poco aún salía a caminar, despacito pero salía, desde hace
unos meses ya no salgo, por miedo a pegar un bac (caída) y aquí me tienes,
enclaustrada” “¿Y usted limpia la casa ó se la limpia su hija?” “jajajaja no, viene
una chica dos días a la semana, ¿para lo que ensucio yo? Y además no me gusta
que anden toqueteando mis cosas” no la comprendí y me callé.
Me dijo “ya que estás aquí podrías
echarle un vistazo al aparato del salón” “ si claro, así se lo dejo preparado
para el verano” “ no lo uso apenas” y cuando abrió las puertas del salón comprendí
sus palabras de que no le gusta que le toqueteen sus cosas.
Era un salón impresionante, con
muebles maravillosos del comienzo del XIX y todos repletos de fotografías de todos los tamaños
y de todo tipo de marcos, como vio que me quedé asombrado comenzó a contarme
cada foto quién era, un gran cuadro al óleo que había encima de la chimenea me
dijo” este es mi marido, falleció hace diez años, era militar” “entonces la
llevaría firme siempre” “hijo mío, la mujer solo necesita ser un poquito lista
para mandar en la casa y además sin que el marido se dé cuenta jajajaja” “esta
es mi hija de Valencia con su esposo” “ su hija es muy guapa, como usted, pero
su marido el pobre, que poco agraciado está” “ pues peor bicho es”” ahora, que
la culpa la tiene ella” “esta es mi otra hija, esta vive aquí, a un minuto en
coche, pero parece como si viviera en Sebastopol “.
Al hablarme de sus hijas le
cambió la cara, Dios sabe cuántos amargos recuerdos le vinieron a la cabeza, el
caso es que continuó contándome los demás personajes quienes eran, pero la
verdad yo no le estaba prestando atención porque lo que yo estaba pensando era
que ¿Cómo podían quedar aún personas así?
Tenía un glamur increíble, en
todo, en su forma de comportarse, en su forma de caminar, aunque llevara bastón,
tenía una voz melosa, hablaba suavecito pero la podías oír perfectamente porque
su dicción era increíble, parecía una mujer victoriana puesta en el siglo XXI
tal cual, sin retocarle nada.
Yo le pregunté “Y ¿porqué no
contrata a una chica para que no duerma usted sola? “Porque yo tuve dos hijas,
crié dos hijas, consagré mi vida para mis dos hijas, me sacrifiqué por mis
hijas y ahora solo soy un problema para ellas, pero que se preparen que las dos
tienen hijos”.
Me marché que ya era tarde pero a
las dos semanas volvió a entrar un aviso de la misma dirección, yo sabía quién era,
nada más llegar me saludo y me dijo que el aparato no le funcionaba como el año
pasado ¿tú no puedes hacer nada? “vamos a ver” le dije y entré en el dormitorio
le hice un truco para que ella notara más fresco y cuando se sentó en la cama
me dijo “¿ves? ahora sí que hace frio”” hace el mismo frio, lo que pasa es que
ahora le da directo el aire a usted y eso es malo” “hijo, tantas cosas son
malas y nos aguantamos” y yo pensé, pues lleva razón.
Yo sentía una enorme empatía por
esa señora y cuando comenzó a comentarme de nuevo el tiempo que hacía que no
pisaba la calle le dije “Mañana es Sábado, por la mañana si quiere vengo y
damos un paseo” me miró y los ojos se le
pusieron acuosos “si llora no vengo” le dije
Ella se secó las lágrimas y me
dijo “que bien te educaron tus padres”.
Al día siguiente llegué sobre las
diez de la mañana y ya me estaba esperando, toda vestida elegantemente, con sus
joyas y un perfume que me recordó mi niñez (no sé porqué) se agarró a mi brazo
y fuimos por todo el centro de la ciudad “¿quién la vea la va a tener envidia?”
“porqué? “porque dirán , vaya novio más joven que se ha echado Doña Amparo” “
no hijo, dirán que por fin ha venido un nieto a sacarme a la calle” ella por dónde
íbamos me iba contando la historia de cada casa y cada calle, en un momento se
acercó una anciana y se puso a hablar con ella, yo me solté de su brazo y se lo
eché por encima de su hombro, ella se puso muy nerviosa y cuando se fue la
anciana “Bandido ¿por qué has hecho eso? “Para darle envidia, así sabrá que no
soy su nieto y tendrán chismorreo para toda la semana, comenzó a reír a carcajada,
proseguimos nuestro paseo y cuando lleguemos a su casa me dijo “Gracias por ser
como eres y gracias por hacerme volver a creer en el ser humano” esta vez fue a
mí a quien se le saltaron las lágrimas, sacó su lindo pañuelo y me limpió” anda
bobo, que se te hace tarde”.
Nunca más volví a ver a la
señora, llamé varias veces al teléfono que yo tenía de los avisos y nadie jamás
respondió, siempre que pasé por allí me fijaba y nunca volví a ver las ventanas
abiertas ni las persianas levantadas, ni he sabido ni nunca sabré lo que le
sucedió a aquella señora.
En un estudio reciente de
población se dice que casi dos millones de personas mayores de sesenta y cinco
años viven solas en España, de ellas el 72% son mujeres ¿a dónde vamos?