martes, 9 de mayo de 2017

El camafeo

Esta historia que voy a escribir está basada en un hecho real y la quiero contar para demostrar que aún hay mujeres indestructibles, a pesar de las miles de desgracias que le pasen en la vida, de las luchas que han tenido por ser mujeres y pobres, guerreras  por fuera y  adolescentes de corazón, que le han costado muchas veces la soledad en pago por sus ideales.
A un kilómetro saliendo del pueblo de San Juan de la Vega, había una cabaña muy humilde y pequeña, desde fuera se oían unos gritos desgarradores, era Juana María que estaba dando a luz a una hermosa niña, ayudada tan solo por su prima.
Juana María tenía dieciséis años, era una campesina robusta, acostumbrada al trabajo y a luchar con la gente en el mercado que era donde llevaba lo poco que sacaba de su pequeña huerta, ella se hacía su ropa, desde muy niña tuvo que aprender a llevar la casa porque su madre siempre estaba acostada enferma.
De golpe dejaron de oírse los gritos y al ratito se oyó el llorar de una niña, su prima le preguntó “cómo la vas a llamar” “Dignidad, para que desde pequeña aprenda que una mujer puede tener tanta dignidad como la puede tener un hombre”
Recién parida Juana María continuó con su trabajo, se puso a pelar patatas y preparar la comida, la fortaleza física pero sobretodo mental de esas mujeres era asombrosa, al día siguiente por la noche llegó su marido Luis Francisco, tenía diez años más que ella y él si era del pueblo, ella no, ella la trajo de una aldea cercana.
“¿Ya has pario?” “Si, esta es tu hija Dignidad” “¿Como? Se van a reír todo el mundo de ella” “No, porque será una niña fuerte que sabrá defenderse y hacer honor a su nombre” “Tú estás loca” concluyó su marido saliendo por la puerta para irse a la taberna para beber como siempre pero no para celebrar el nacimiento, las niñas no se celebraban. Juana María continuó su vida normal de trabajo y penurias, con una manta vieja sujetaba a su pequeña a la espalda, así tenía que hacerlo porque estaba sola, su marido era el pastor de los señoritos y bajaba una o dos veces al mes del monte, dependía de las ganas de beber que tuviera y de ganas de mujer.
Dignidad con su temblor de piernas comenzaba a andar, estaba sentada en el suelo jugando con una amapola que le había dado su madre, cuando vio que un hombre entró en su casa y su madre fue tras él “estoy embarazada” “a ver si esta vez es un hombre” “será lo que Dios quiera que sea” “tú y tu Dios” le contestó saliendo de la casa, ella se quedó con la palabra en la boca y pensó “es igual, total no lo comprendería” y mirando al infinito los ojos se le llenaron de lágrimas pero se los secó porque no quería derramar ni una sola lágrima por esa persona.
En diciembre con un frío intenso Juana María se puso de parto, esta vez tuvo más suerte porque su cuñada estaba allí de las raras visitas que le hacía.
Nada más nacer su hija la cuñada se marchó a su casa y Juana María se quedó sola con sus dos hijas, con la recién nacida en sus brazos y mirándola le dijo mientras las lágrimas recorrían su rostro “tú, te llamarás Soledad, porque así es como me siento”
A las dos semanas su marido apareció, pero ya había pasado por la taberna y cuando miró a la recién nacida entró en cólera “Joder, ¿pero tú solo sabes traer chochos a este mundo? Eres una idiota no sirves para nada” ella se calló y no dijo nada, ya estaba acostumbrada a sus burradas, como casi siempre a la mañana siguiente ya se había ido cuando ella se levantó.
Conforme pasaban los días Juana María sentía que algo no iba bien con la niña, no lloraba nunca, apenas comía pero no podía llevarla al médico porque no tenía dinero y porque el médico venia por el pueblo un solo día a la semana, los jueves.
La niña no mejoraba, entonces ella de un cofrecito que tenía muy escondido extrajo algo liado en un pañuelo, era un camafeo que su tía le dio a escondidas antes de fallecer, estuvo un buen rato mirándolo y recordando su niñez hasta que se lo guardó entre sus pechos.
Al día siguiente agarró a Soledad y a Dignidad y se encaminó hacia el pueblo, era jueves, al llegar a la casa del médico había dos mujeres sentadas esperando y se le quedaron mirando con caras de superioridad pero Juana no quería problemas así que se esperó hasta que le tocó a ella entrar.
“¿Qué le pasa?” “a mi nada es a mi hija” “ponla sobre la camilla” el doctor comenzó a auscultar a la niña ¿no llora nunca? “no señor desde que nació no ha llorado” “y no te va a llorar, tú hija está muy mal, ha nacido con falta de vitaminas, te voy a dar una receta” “no tengo dinero para recetas señor” “es un jarabe que tú misma le puedes hacer, es a base de plantas medicinales del campo”¿sabes leer? “sí señor” pues te lo escribo y se la das tres veces al día y el jueves que viene te acercas por aquí” el doctor le entregó el papel y ella con mucha vergüenza se sacó el camafeo y se lo iba a dar a él pero sin estirar del todo el brazo ¿eso qué es? “para pagarle señor, no tengo dinero solo tengo esto” y abrió el pañuelo, el doctor se le quedó mirando y le dijo “no hija, guárdate lo que para ti significa mucho, no hace falta que me pagues” mientras le decía esto le cerraba la mano a ella, que se quedó sorprendida de la suavidad de su mano, no era como la de su marido ruda, encallecida y dura “muchas gracias señor” y salió a la calle, pero iba pensando que por primera vez sabía que habían hombres buenos y con la piel suave .
Ella le preparó a Soledad el jarabe con las hierbas que el doctor le dijo pero la niña no mejoraba y una mañana se levantó y la niña no se movía, la cogió en sus brazos pero ya estaba fría, se sentó en una silla con ella apretada sobre su cuerpo y llorando amargamente sin pronunciar ni una sola palabra, Dignidad no comprendía nada pero sabía que algo malo pasaba y al ver a su madre llorar comenzó ella también a llorar.
Alguien que pasaba por la carretera se acercó al oír los  lloros y al ver el panorama se fue corriendo a por el alguacil, el cual enseguida fue a darle noticias al alcalde “señor alcalde que dice Paulino que en la caseta del pastor ha ocurrido una desgracia” el alcalde un señor ya mayor estaba con su hijo y dirigiéndose a él le dijo “mira, no quieres entrar en política pues ya tienes tu primer caso ¿ves a ver qué ha pasado?
Carlos que así se llamaba  con el alguacil y dos hombres más cogieron el camino abajo hasta que el alguacil dijo” teníamos que haber venido con la Guardia Civil” “que es una mujer y dos crías, no seas bruto”
Al llegar a la puerta de la chabola, Carlos se quedó sorprendido de ver la escena tan triste de la madre agarrando fuertemente el cadáver de su niñita sin llorar con la mirada perdida y la otra pequeña llorando agarrada a la falda de su madre.
“quítale a la niña” dijo Carlos, pero el alguacil tuvo que emplear todas sus fuerzas para poder separar a madre de la hija, era como separar a una persona en dos “lleváosla e informar a mi padre” Carlos se quedó a solas con Juana María, ella agarró enseguida a Dignidad y se la abrazó como si se la fueran a quitar, pero él estaba mirando a Juana María, debajo de ese rostro curtido por el sol y el frío asomaba una cara perfecta, ella se percató de que él la miraba con dulzura y se secó las lágrimas “lo siento no tengo nada que ofrecerle” “sí que lo tiene” “ ¿yo, el que?” “su historia, cuénteme su vida””no es el momento, en otra ocasión” ¿le parece bien que venga la semana que viene? “vale” contestó Juana María con cara de asombro.
Carlos se presentó fiel a la cita el viernes de la semana siguiente y cuando llegó vio a Juana María recién lavada en el barreño grande que usaba para ducharse, tenía el pelo aún mojado, sus pechos se les transparentaban a través de la camisa y la falda le venía pequeña con lo cual le hacía un hermoso culo, ella se dio cuenta de la forma de mirarla y él no lo quiso ocultar “eres muy hermosa” ella se quedo sorprendida, era la primera vez que alguien le decía eso “yo no soy nada, no valgo para nada” ¿quién te ha dicho eso? Eres muy guapa””mi marido dice que soy fea y que no sirvo para nada´” Carlos se le acercó y con sus manos le rozó su cara, ella se quedó paralizada, se la arrimó a él y le dio un beso, ella no sabía que decir no estaba acostumbrada a que la trataran así.
Carlos la recostó sobre la cama y comenzó a besar todo su cuerpo, ella quería decir algo para protestar pero no podía, las palabras no le salían y decidió dejarse llevar por algo tan bonito que a ella siempre le había parecido sucio y asqueroso.
Se evadió de todo se creía que estaba en un palacio “eres una princesa” y ella sonreía y se lo creía, por primera vez en su vida había salido del maldito huerto para conocer palacios, castillos, para ver que la vida también puede ser bonita.
Dignidad mientras estaba jugando en el huerto con un bicho que había encontrado.
A partir de entonces todos los viernes Carlos se presentaba en la chabola, cada día se quedaba más tiempo porque se enamoró como un crío de Juana María.
Ella le contaba cosas de su vida, de cuando era pequeña en su aldea y jugaba con los animales que tenían allí, él también comenzó a tener confianza con ella y un día se sinceró “sabes que mi padre quiere que sea juez , como él” “ muy bien ¿no?”Pues no, yo lo que quiero estudiar es filosofía” “¿y eso que es?””Eso es intentar comprender a los hombres y a las mujeres, averiguar los motivos que mueven a la gente””uy, para eso no hace falta estudiar, tú pregúntame a mí y te digo enseguida como son las mujeres –señorito-““no en ese sentido ó quizás sí” y salió corriendo detrás de ella porque cuando quería hacerle rabiar pero de broma lo llamaba -señorito-.
Fueron unos meses maravillosos, algo que ella nunca había conocido, sentir mariposas en el estómago, cada vez que lo veía, oír las cosas que él le contaba de la ciudad, conocer el amor, sentirse amada, cosas que tendría que haber sentido ya a su edad pero que la vida se lo había negado.
Su marido que solía venir los sábados o los domingos, un jueves al anochecer se presentó en la casa y como siempre se fue directo a por Juana “no quiero” “¿Cómo?” “que no quiero hacerlo” “¿Qué no quieres hacerlo? Soy tu marido” diciendo esto a la vez se quitaba la correa del pantalón y comenzaba a azotar a Juana, después la agarró fuertemente de un brazo y la tiró sobre la cama, cuando terminó se fue como siempre a la taberna, mientras ella se recomponía su vestido llorando pero también pensando de que no se había dado cuenta del cambio de la chabola ni de su propio cambio.
Un viernes Carlos entró en el despacho de su padre” sabes hijo, las cosas están mal y mucho peor que se van a poner, hay que prepararse para irse a la capital, allí no nos conocen como aquí y los anarquistas me tienen fichado especialmente el Aureliano”
“yo creo que exageras padre, si las cosas se pusieran peor el ejército defendería la república”” que inocente eres hijo, te pareces a tu madre” después de un silencio “¿que, ya vas a ver a la campesina esa?””Tiene un nombre, se llama Juana María y estoy enamorado de ella”” ¿enamorado? ¿De una campesina? Tu lo que estas es enchochao”
“no padre, la amo de verdad” “va, sal de mi despacho”.
Cuando Carlos llegó a la chabola se puso a jugar con Dignidad y al ver que Juana no salía entró a verla, fue a acercarse a darle un beso cuando vio un moratón en la cara “¿y esto?” le levantó la camisa y tenía la espalda toda amoratada “¿quién te ha hecho esta salvajada?” “mi marido” “esa bestia del averno, voy a mandar a detenerlo ahora mismo”” y de qué lo vas a acusar, soy su mujer” “de intentar matarte” “no te metas en jaleos, el único que saldría perdiendo serías tú”” ¿yo, por qué?” “no ves cómo están las cosas” “otra como mi padre, maldito país este que nunca saldrá del siglo XVIII”
Con mucho cuidado Carlos la agarró en sus brazos y la recostó en la cama, los dos se quedaron mirándose, el alma de ella lloraba para que él no la viera y Carlos lloraba por dentro para que ella no sufriera.
Un martes a media mañana estaba Juana sentada a la sombra junto a la chabola, estaba desgranando mangranas, Dignidad estaba contenta porque le estaba ayudando a su madre, Juana levantó la cabeza y se vio a Carlos caminando a prisa hacia la casa, ella se levantó y el cuerpo le dio un vuelco, no sabía a qué venía pero intuía que era para algo malo, cuando llegó le dio un beso a Dignidad y le dijo a ella “vamos dentro” “¿por qué?” “porque tenemos que hablar” nada más entrar la agarró y le dió un beso muy prolongado, enseguida ella se dio cuenta que se estaba despidiendo “a ocurrido una desgracia, han asesinado a Calvo Sotelo ayer en Madrid”” ¿y quién es ese señor?””Tu no lo comprenderías, pero ya es inevitable la guerra” “¿y qué vamos a hacer?”” nosotros nos vamos mañana a Valencia a casa de mis tías, en cuanto pueda vendré a por vosotras” se dieron un gran abrazo y Juana María comenzó a llorar “no llores Juana, serán solo unos días sin vernos” pero Juana no lloraba por eso solo, cuando él estaba saliendo de la chabola Juana lo llamó “Carlos” él se giró y ella se le quedó mirando hasta que le dijo “no, nada, que tengas cuidado”” no te preocupes mujer, ahora me voy que he salido en mitad de una reunión del ayuntamiento.
Juana se puso a llorar amargamente mientras pensaba “no lo sabrá nunca” y continuó con la faena que estaba haciendo sin parar de llorar.
Los días iban pasando y nada sucedía, ella  sabía que él ya no volvería pero por si acaso siempre echaba una ojeada al camino sin esperanza, hasta que un día vio que se acercaban unas mujeres, todas con fusiles y la que parecía la jefa le dijo “tú qué haces que no vienes a las reuniones anarquistas”” yo no tengo tiempo para eso, yo vivo sola con mi hija y además, me van a dar algo” “ te vamos a dar educación a enseñarte a escribir y leer, también te formaremos en el pensamiento anarquista” “ ¿eso me va a dar de comer a mí y mi hija?” “¿tú que eres fascista?” mientras la apuntaba con el fusil “¿Qué es fascista?” la mujer de más edad le bajó el fusil y dijo “dejarla, vámonos bastante tiene con lo suyo”
Y los días iban pasando , los meses también, como el hambre es la madre de la inventiva Juana hizo unos parapetos para guardar la comida, no se fiaba de la gente, Dignidad ya con cinco años le ayudaba a su madre en muchas cosas, pero lo que a Juana más le preocupaba es que aprendiera a escribir y leer.
Como no tenían medios le enseñaba las letras en el suelo de la cabaña si llovía o fuera si hacía sol, Juana era muy estricta en la enseñanza de su hija porque decía que el primer paso para la dignidad de las mujeres era que aprendieran a leer y escribir para que no las engañaran.
La desesperanza de Juana crecía al mismo tiempo que aumentaba su barriga, pasaba las noches sin dormir pensando en Carlos, no le reprochaba nada al revés le agradecía que la hubiera enseñado que otra vida existía, que hay hombres buenos, que el sexo no era una tortura, pero siempre le quedaba un poso de amargura cuando pensaba que nunca conocería a su hijo.
Ella aceptó desde el primer momento que nunca serían pareja, eran dos mundos completamente irreconciliables.
Desde que había comenzado la guerra Juana no sabía nada de su marido, pero no le preocupaba, al revés, se alegraba de no saber nada de él porque eso para ella era buena noticia, era  una preocupación menos.


                                      Final del primer capítulo








Segundo capitulo

Era un día frío aunque hacia sol, Juana estaba vareando las olivas que tenía, solo dos, día festivo un día de Navidad, pero el campo no sabe de festivos, la naturaleza lleva su ritmo ajeno al del ser humano.
Ella notaba que los dolores iban a más, así que se lo dejó todo y se fue para la casa, le dijo a Dignidad que la ayudara a preparar sábanas limpias y que fuera a avisar a alguien del pueblo, pero al rato volvió la cría “Mama no hay nadie por las calles y tampoco me han abierto ninguna puerta””pues hija mía, tenemos que hacerlo nosotras solas””tú no te asustes por mucho que la Mama grite” pero Dignidad estaba blanca del miedo, para animarla su madre le dijo” esto que vas a hacer hay muchos hombres que no son capaces de hacerlo” pero el miedo no se le iba a Dignidad.
Mientras Juana estaba de parto los aviones fascistas estaban bombardeando Requena, cuando ella vio que era un varón se alegró y una sonrisa se le escapó a pesar de los dolores “mira Carlitos te reciben con fuegos artificiales”
Desde antes de nacer ya lo tenía claro ella que si era varón se llamaría Carlos, no podía ser de otra manera.
Al mes siguiente Dignidad cumplió diez años “Mama hoy es mi cumpleaños” “ya lo sé, hija mía”” ya estás echa casi una mujer” y Dignidad se puso contenta y sonrió, pero lo que no sabía es que ese cumpleaños no lo olvidaría en toda su vida.
A media tarde oyeron un ruido que cada vez se hacía más fuerte hasta que de golpe aparecieron unos hombres muy morenos que ella no los había visto nunca y el estómago se le hizo un nudo porque sabía que otra vez, la desgracia se presentaba en su casa, ella no comprendía su habla, se acercó un hombre que ella supuso que era el jefe “¿quién vive aquí?”” yo señor y mis hijos”” ¿y tú marido?””No lo sé señor, hace ya mucho tiempo que no sé nada de él”
Un hombre de los morenos se acercó al sargento y estuvo hablando con él un buen rato, ella lo único que se daba cuenta es que estaban discutiendo, hasta que el sargento le dijo enojado al moreno “vale, pero tú respondes de ella” y el hombre fue corriendo y agarró a Dignidad del brazo, pero como ella se resistía se la echó al hombro, Juana se dio cuenta que es que se llevaban a su hija, dejó a Carlitos en el suelo y comenzó a pelearse con el hombre moreno, hasta que no sabe de dónde salió la culata de un fusil y le dio de pleno en la cabeza, cayó como muerta y los hombres se fueron llevándose a Dignidad que no paraba de llorar desesperadamente, fue la última visión que tuvo de su madre, muerta en el suelo
encima de un charco de sangre inmóvil y los lloros de Carlitos desesperados
Cuando Juana se despertó con un tremendo dolor de cabeza ya era de noche, no era consciente del tiempo que había estado tirada en el suelo, se levantó y salió corriendo a por Carlitos que estaba llorando, lo estrechó fuertemente entre sus brazos y se curó la cabeza, se sentó en el pilón de la entrada de la chabola con Carlitos durmiendo en sus brazos “ Dios, que he hecho yo para merecer tanta desgracia, nada más he hecho que trabajar y trabajar en toda mi vida desde que tengo uso de razón, si fuera hombre seguro que no me pasaría todo esto, mi pobre hija, Dios mío qué será de ella, si es solo una niña, le amaneció llorando y pensando en su desgracia.
Conforme pasaban los días Juana se hundía cada vez más en la depresión, ella era consciente de ello y pensó incluso en el suicidio porque ya no podía aguantar más, ya era demasiado para un ser humano, pero miraba a Carlitos y ella misma se decía “Juana, adelante tienes que sobreponerte y continuar luchando porque tienes un hermoso hijo que criar.
Poco a poco se fue recuperando, aunque siempre estaba triste y casi siempre llorando, pero Carlitos cuando la veía así también se ponía triste y se agarraba a ella, teniendo Juana que hacerle mimos para alegrarlo y así fueron pasando los meses y un día vio a unos hombres que venían hacia la chabola, enseguida agarró a Carlitos y lo metió en el zulo que había hecho debajo de su cama, preparándose por si volvían.
Eran tres hombres, dos llevaban escopetas cuando se acercaron ella los reconoció de verlos por el pueblo, cuando estuvieron a su altura el que iba mejor vestido se dirigió a ella” tienes que marcharte de aquí, cuanto antes mejor” “¿yo? Pero si esto es mío, de esta tierra como, si me la quitan ¿de qué voy a comer?””No te lo quita nadie porque nunca ha sido tuyo, así que ya sabes, los Medina en su generosidad te dan dos días para que te vayas”
Cuando se fueron Juana se puso a llorar desconsoladamente porque esa ya era la gota que rebosaba el vaso “Dios, mío ahora que hago yo y mi hijo, a donde vamos, no tengo a nadie que me ampare, estoy sola, Dios donde voy”
En mitad de la noche Juana se sobresaltó y como si hubiera tenido una iluminación dijo “Carlos me ayudará, tiene que hacerlo a fin de cuentas Carlitos también es su hijo”
Al día siguiente se llevó al mercadillo todo lo que tenia, gallinas, pavos, toda la verdura, tuvo suerte que lo vendió todo y pudo comprar el billete para Valencia, sin haber salido del pueblo ni su aldea se subió al autobús de gasógeno, con Carlitos encima de su pierna y una cesta con algo de comida en la otra, no sabía a dónde iba ni que sería de ella y su hijo, pero no tenía miedo, desde que le arrebataron a su hija, perdió todo miedo a el mundo a la vida a los hombres, fue como si la hubieran inoculado contra toda clase de miedos.
Conforme Juana iba entrando a Valencia se asombraba cada vez más de lo grande que era, pensaba “aquí seguro que encuentro yo trabajo” y continuaba mirando los edificios,  hasta que el autobús llegó al final del trayecto y se bajaron los pasajeros y Juana con Carlitos de la mano se dio cuenta que no sabía por dónde comenzar.
El hambre es la madre de la astucia, así que Juana con mucha vergüenza se puso en una esquina a pedir limosna para que Carlitos pudiera comer, no se echó a llorar para que su hijo no la viera, pero apretaba fuertemente los dientes, de rabia, de impotencia y de coraje.
Cuando se hizo de noche, con cartones hizo una especie de  cama y para taparse también cartones, se pusieron en un portal grande y ella arropó bien a Carlitos para que no pasara frío.
Por fin cuando Juana había conseguido dormirse, la despertó un hombre con una garrota “¿Qué hace usted aquí? ¿No sabe que aquí no se puede estar?” “no lo sabía señor” y se incorporó con su hijo en brazos, cuando el sereno vio al niño “pero si lleva un crío” “si señor es mi hijo” “venga conmigo”” ¿Dónde nos lleva? No hemos hecho nada malo señor” “tranquila, la finca de al lado no tiene portero y la caseta está vacía, allí podrá pasar la noche con el crío” el sereno abrió y ella detrás “vamos a subir por las escaleras, el ascensor haría mucho ruido” En Valencia todos los edificios de la burguesía tenían portero y en la terraza del edificio le hacían la vivienda.
A Juana la casa le pareció un palacio” pero aquí vive alguien, un hombre” “es usted muy lista ¿Cómo lo ha adivinado?”Porque una mujer pone cortinas y no se deja los platos encima de la mesa”” si, vive el portero como ya le he dicho pero hace unos días se puso enfermo y se lo llevaron al hospital”
El sereno se fue recomendándole que no hiciera ruido y Juana acostó a Carlitos en una cama mientras ella inspeccionaba toda la casa y pensaba que aún quedaban personas buenas en este mundo, cuando vio que no había peligro se acostó junto a su hijo y se quedó profundamente dormida.
Por la mañana llamaron a la puerta, ella no sabía qué hacer si abrir o no, hasta que se oyó la voz del sereno “abra soy yo” le traía buñuelos y leche, a Carlitos se le iluminó la cara al ver los buñuelos “¿por qué hace todo esto con nosotros?” “porque si entre los pobres no nos ayudamos ¿quién nos va a ayudar?
“Luego más tarde hablaré con Doña Asunción, es una hija de su madre pero todos hacen lo que ella dice, le hablaré de ti a ver si te puedes quedar hasta que vuelva el portero, si dice que si, por lo menos tendrás donde cobijarte””pero no te hagas ilusiones, como decimos en mi tierra es mú mala”
Juana estaba nerviosa esperando al sereno a ver que decía, pero las horas pasaban y no volvía, hasta que de golpe se abrió la puerta y Joaquín el sereno, le dijo” ha dicho que si después de mucho protestar pero a cambio tienes que hacer de portera y fregar toda la escalera, así se ahorran el dinero de la mujer que venía a hacerla “al oírlo Juana saltó de alegría y le dio un beso a Joaquín mientras él decía “con qué poco nos conformamos los pobres”
Juana comenzó una nueva vida donde todo era nuevo para ella, pero como mujer espabilada en pocos días se puso al corriente de todo el que hacer, no le molestaba el trabajo, ella estaba acostumbrada a un trabajo más duro, lo que realmente le molestaba era tener que llamar a todo el mundo por señor ó señora, pero sobretodo aguantar los tocamientos con los bastones de los señores, ella ponía cara de enfadada y ellos se reían.
El trabajo también le servía para no tener a su hija siempre en la cabeza, ella estaba convencida de que Dignidad estaba muerta por eso una noche al acostarse “Dios, tú sabes que no creo en la iglesia ni en los curas y tú sabes bien por qué, pero yo te prometo que te rezaré todas las noches un Padrenuestro para que protejas a mi pobre hija” lo rezó y se quedó dormida.
Mientras Juana estaba de portera se dejaba a Carlitos en la casa y la azotea porque allí él podía jugar y correr, un día estaba jugando con una lagartija cuando detrás de él oyó “hola” Carlitos se dio la vuelta y vio a un hombre y comenzó a correr “no, no corras, no te voy a hacer nada malo””mi mama me ha dicho que no hable con extraños””yo no soy un extraño, soy tu vecino””un vecino ¿no es un extraño?””Claro que no, los vecinos son amigos””entonces si puedo hablar contigo”” claro ¿Qué llevas en las manos?”” es una lagartija” y se la enseñó “tú no eres de aquí ¿verdad? Porque esto aquí le llaman dragón” ¿dragón, que nombre mas raro” “jajajajaj ¿Por qué?”En eso subió a la terraza una criada y le dijo “la señora lo llama” “como siempre” susurro él “bueno amigo ya continuaremos” “vale amigo, yo estoy aquí todos los días” “jajajaja portate bien” “si señor”.
A Juana ese día una señora la había abroncado porque decía que la escalera no estaba bastante limpia, tragó saliva y le contestó” perdone señora, mañana lo haré mejor” la señora con la cabeza bien alta se marchó con una sonrisita, había demostrado así misma quién mandaba.
La necedad siempre es muy amiga de los dineros, en realidad era una nueva rica porque su marido se forraba de dinero porque era unos de los jefes del Mercado de Abastos y con el estraperlo, como muchos en aquellos años se llenaron los bolsillos de billetes, haciéndole pasar hambre a las pobres personas.
“Mama, tengo un amigo” “¿tú un amigo, si no sales de aquí?””Es ahí en la azotea, juega conmigo””te tengo dicho que no hables con extraños” “es vecino mama, no es un extraño”” ¿y de donde es?” “de la finca de al lado” Juana se quedó pensativa “pero si ahí al lado no he visto nunca ningún niño” “no es un niño, mama, es un hombre y me ha dicho que la próxima vez me traerá un regalo”
“te prohíbo que hables con nadie y menos con una persona mayor “Juana pensaba en su hija “¿me has comprendido?””Que no hables con nadie y menos con personas mayores”
Un domingo por la mañana Joaquín se presentó en casa de Juana, “huy, qué hace usted aquí tan temprano” “ va, que os voy a llevar a un sitio”” ¿A dónde señor Joaquín?”” a un sitio que os va a gustar, el mar””si mama, si mama vamos a ver el mar” “estáis locos, yo no puedo dejar la portería”” no te preocupes que ayer ya estuve yo hablando con la señora Asunción””¿Y qué le dijo?” “que si que podemos ir, pero tenemos que estar aquí a media tarde, ya sabes, ella siempre tiene que decir la última palabra””pues entonces hago unos bocadillos y nos vamos “Carlitos estaba loco de alegría “vale,,, vamos a ver el mar, bien”
Se pusieron en marcha y caminando cruzaron el puente de San José y llegaron a la estación de Fusta, se montaron en el trenet que los llevarían a los Poblados Marítimos.
Cuando Juana bajó lo primero que notó era el olor a mar y cada vez más olor y más ruido, un ruido impactante, cuando dieron la vuelta a un pequeño astillero se encontraron de golpe con el inmenso mar, Juana agarró a Carlitos de la mano porque a ella le dio miedo el espectáculo a la vez que se quedó impresionada de tantísima agua.
Carlitos se puso enseguida a jugar con la arena de la playa, mientras ella se quitó los zapatos y se  fue a la orilla a mojarse los pies, inmóvil con la vista fija en el infinito del mar se quedó muchísimo tiempo, Joaquín se dio cuenta que necesitaba estar sola y se fue a caminar.
Juana se dio cuenta que ya llevaba mucho tiempo allí plantada “Dios, perdóname, que grande y maravilloso eres, para hacer esta belleza” se dio la vuelta, llamó a su hijo que estaba recogiendo conchas muy bonitas y emprendieron la vuelta, ella miraba de vez en cuando hasta que se dejó de ver el mar.
Al llegar a casa pasaron por delante de la casa de al lado en el momento que una señora mayor se estaba subiendo a un coche, mientras Juana y Joaquín se metían en la portería la señora se puso a hablar con Carlitos “niño, por favor, acércate”” si señora””¿Qué llevas en las manos?””Joaquín me ha dicho que se llaman conchas””son muy bonitas ¿Dónde vives?” “aquí al lado señora”” ¿tus padres son los porteros ¿” no señora mi mama es la portera, yo no tengo padre””¿y ese hombre que os acompaña?”” es el señor Joaquín el sereno”
La anciana le dio una moneda a Carlitos y le dijo al chofer “vamos” y arrancaron y conforme se alejaban la anciana no pudo reprimir unas lágrimas “¿sabes Sebastián? Yo podría tener un nieto de su edad, pero Dios no me quiere dar ese último deseo de mi vida, si yo tuviera un nieto así, yo sería la mujer más feliz del mundo”
La vida de Juana transcurría sin ningún aliciente, pasaba los días, los meses y solo hacía que trabajar y trabajar, pero ella lo prefería así porque si no estaba siempre pensando en su hija.
Un jueves día del Corpus la calle estaba llena de gente y un coche atropelló a Carlitos, que como todos los niños estaba loco jugando sin precaución, Carlitos quedó tendido en el suelo sangrando por la cabeza e inconsciente, una señora que lo había presenciado todo fue enseguida “Dios mío, el crio, el crio” y se  acachó para levantarlo pero Carlitos ya se estaba levantando “¿estás bien hijo?” “me duele la cabeza””claro si estas sangrando” y la señora sacó su pañuelo y se lo puso a Carlitos para que no sangrara tanto.
“¿Dónde vives?” Carlitos se quedó mirando a todas las casas pero no dijo nada” ¿Cómo te llamas?” tampoco dijo nada, la señora le dijo a un hombre que lo llevara  a casa de ella, cuando iban a entrar a casa de la señora el hombre se dio cuenta que Carlitos se había desmayado otra vez “señora este crío me parece que se va a criar malvas” “ no sea bruto hombre de Dios””venga detrás de  vamos a llevarlo a la habitación de invitados”
Cuando Carlitos abrió los ojos “¿estoy en el cielo?””¿Por qué hijo?” le preguntó la anciana que una vez le dio unas monedas, “por que esto es un palacio” “no cariño, no es un palacio, es nuestra casa” le contestó la señora más joven, al girar la cabeza escudriñando la habitación vio que a su lado estaba su amigo de la terraza “¿Cómo estás?” “me duele la cabeza” “no te preocupes que ya viene en camino Don Rafael, el médico “¿os conocéis?” preguntó la señora “si, somos amigos de la terraza ¿verdad?” señor””entonces ¿vive aquí al lado?”” si, si es el hijo de la portera de la finca de al lado” en ese momento entró el médico.
La anciana señora solo hacía que mirar a su hijo y a Carlitos y viceversa hasta que lo llamó a un apartado “¿tú te has dado cuenta lo que se parece el crío a ti?””Mamá, es pura coincidencia te juro que yo no he tenido ningún hijo con nadie, que cosas se te ocurren”
“Bueno señores el chaval está bien lo que tiene es una fisura detrás de la cabeza y esa herida hay que curársela todos los días y de lo de la memoria no se preocupen, la recuperará poco a poco, que esté unos días haciendo reposo hasta que se le cure la herida””muchas gracias Don Rafael, le acompaño”
“si su madre vive aquí al lado tendremos que avisarla, estará la pobre desesperada””si, voy a buscar a Jacinta para que vaya a buscar a su madre””hija dile lo que tiene que decirle a esa mujer que Jacinta es una cabra, ya la conoces tu””no se preocupe, se lo diré”
Doña Gloria fue a buscar a la criada, que como siempre no estaba cuando se le necesitaba, hasta que la encontró besándose con el chofer, la señora hizo ruido para que se dieran por aludidos y Jacinta fue enseguida a ver lo que quería la señora.
Como Don Rafael vino andando el señor Barberá se ofreció a llevarlo en su coche a su casa “Don Rafael ¿usted cree que le quedaran secuelas al chaval?””No hombre, es muy joven y esa herida se le curará en muy poco tiempo, ya verás”
Jacinta fue corriendo a la casa de al lado a decirle lo que su señora le había encomendado y al entrar, el portal estaba lleno de gente” ¿es usted la madre del niño atropellado?” “si ¿Dónde está?” “aquí al lado, la señora llamó al médico y ya lo han curado, mis señoras son muy buenas”
Cuando Juana entró en la casa se quedó alucinada de tanto lujo, desde arriba de la escalera la señora Gloria le dijo “suba, está en la habitación de invitados “Juana corriendo subió la escalera y entró en el cuarto y se abrazó a Carlitos llorando “no llore mujer, está bien se termina de ir el médico”” muchas gracias señora, no sé cómo pagárselo””no tiene que pagar nada, es un crío adorable””eso sí, el médico ha dicho que esa herida hay que curársela todos los días” “no se preocupe señora que será así, estoy acostumbrada a las heridas”
Pasados unos días Juana se presentó en la casa de al lado y le dijo a Jacinta que quería ver a la señora “buenos días ¿Cómo va el chaval?”” muy bien gracias, ustedes se han portado muy bien con mi hijo y a mí me gustaría regalarle esto” Juana sacó de entre sus pechos un pañuelo y dentro estaba el camafeo que ella tenía como un tesoro” pero mujer, que no tiene que darme nada, ya se lo dije” “ ya lo sé señora pero esto solo luciría en su pecho” “no me parece bien pero si es su deseo con mucho gusto se lo acepto”
Cuando Juana salió la señora miró bien el camafeo y pensó “es realmente hermoso ¿Cómo habrá llegado a su poder esta joya? Por qué pinta de ladrona no tiene la pobre mujer”
Carlitos ya no podía aguantar más acostado y su madre lo dejó que saliera a la terraza, él quería ver a su amigo, pero salió varios días y no lo vio hasta que un día que salió su amigo estaba allí fumándose un cigarro “hombre si pareces una momia con la cabeza vendada”  “¿eso qué es?””Nada, olvídalo”” ¿te duele mucho?””No, yo soy fuerte””jajajaja mira te he traído una cosa””un balón de verdad,,, viva, ya verás cuando me deje salir a la calle, voy a ser el rey” y Carlitos se subió en la pared pequeña que dividía a las dos azoteas y se enganchó abrazándolo y dándole un beso”
“¿Porque tú sabes jugar al fútbol, verdad?”” si claro pero ¿por qué lloras? “no estoy llorando es que se me ha metido algo en el ojo “mi madre dice que los hombres no lloran””a veces  cariño, a veces si”
                                   FIN  SEGUNDO  CAPÍTULO


TERCER CAPÍTULO

Una mañana Juana dejó de fregar la escalera de  la finca para subir a curar a Carlitos, cuando entró no lo encontró y salió a la terraza, donde lo encontró en brazos de un hombre “Carlitos” y los dos se giraron a la vez, Juana se quedó inmóvil con cara de sorpresa pero de golpe se desmayó.
Cuando Juana abrió los ojos estaba acostada en su cama rodeada por su hijo, el médico y el señor Barberá, ella abrió aún más los ojos y volvió a desmayarse, pero como estaba el médico la reanimó enseguida ¡¡Carlos¡¡ ¡¡Juana¡¡ “creía que estabas muerto o en Madrid”” no Juana, hemos estado viviendo juntos y no lo sabíamos, pero casi siempre estoy en Madrid” Carlos le agarró la mano con delicadeza “¿te duele mucho la cabeza?””Un poco,,, cuanto te he necesitado”
Don Rafael salió acompañado por Carlos “esta familia tiene la cabeza dura, creo querido Carlos que tu pasado viene a pedirte cuentas” “ojalá no fuera mi pasado” se despidieron y Carlos volvió  con Juana.
“Perdóname Juana, por no volver a buscarte, pero a veces la vida se desarrolla muy diferente de cómo la tenemos planeada, vinimos a Valencia pero al terminar la guerra nos fuimos a Madrid y allí me casé con la hija de un general para no levantar sospechas por mi pasado republicano, pero tú rehiciste tu vida y tuviste un hijo, envidio a ese hombre”” no puedes envidiarlo, porque nunca hubo ningún hombre, Carlitos es tu hijo”” pero,,, ¿cuándo nos despedimos ya lo sabías?” y Juana asintió con la cabeza”¿por qué no me dijiste nada?”” te dejé vivir, yo sabía desde el principio que lo nuestro era una locura, nunca tú familia me aceptaría y la comprendo”
Al entrar Carlos en la habitación, Carlitos corriendo se le abrazó a él “dice mi mama que tú eres mi papa” Carlos lo agarró en brazos “si Carlitos, yo soy tú padre” y le dio un beso,
Jacinta como buena criada era una espía diplomada, haciéndose la desapercibida se enteró de todo, sin hacer ruido se marchó a contárselo todo a su señora, la cual no daba crédito a lo que la criada le contaba, llamó a su madre y le hizo repetirlo todo otra vez a Jacinta “ve a esa casa y dile al señor que lo estamos esperando”
“las señoras me han dicho que venga a decirle al señor, que lo están esperando”” ya se han enterado, a alguien le ha faltado tiempo de contárselo” eso lo dijo mirando a Jacinta.
Cuando Carlos entró en la casa, madre e hija lo estaban esperando en el salón, su mujer estaba llorando sentada y su madre a su espaldas consolándola, se hizo un tortuoso silencio hasta que la madre ya no aguantó más “estamos esperando una explicación”” no sé como decírtelo Gloria, pero es verdad, te mereces una explicación”
Carlos le contó toda la verdad, menos que se casó con ella sin estar enamorado, claro, las dos mujeres se quedaron mirándolo con caras de asombro, no podían creer lo que Carlos les contaba, un hombre tan serio y formal que hubiera tenido un hijo con una campesina.
Doña Margarita la suegra anciana fue la primera en hablar “bueno, el pasado es el pasado, ya no tiene remedio pero esta situación hay que darle solución y además con discreción, no vamos a ser la comidilla de toda la gente, cuantas menos personas se enteren mejor” “”Pero mamá ¿cómo no se va a enterar la gente?” Porque nos vamos a ir a Barcelona a casa de tu abuelo, allí no nos conoce nadie, eso sí, el crio se viene con nosotros”” pero como le vamos a hacer eso a esa mujer, es su hijo””Y tuyo ¿no?” si claro”” Mira Carlos, ese crio por suerte o por desgracia es tu hijo, tendrás que darle una educación acorde con tu estatus social o ¿prefieres que sea toda su vida un gañan?” claro que no quiero que sea así” un silencio de complicidad se hizo durante unos instantes en la habitación.
Carlos se fue el resto del día a la playa a meditar en todo lo que su suegra había propuesto, pensaba que aunque le doliera, ella llevaba razón, él estaría con su hijo, Carlitos tendría una buena educación y una buena posición social, pero también pensaba que llevarle a su madre a su hijo seria atroz, inmoral y además tenía que pensar en cómo decírselo a Juana.
Doña Margarita como persona mayor sabia que Carlos no tendría valor para decírselo a su madre, así que se presentó en casa de Juana “buenas tardes””buenas tardes” dijo Juana asombrada de que una señora tan bien vestida estuviera en su casa.
“¿sabe quién soy?””No señora””soy la suegra de Carlos, usted y yo tenemos que hablar”” ¿de qué señora?””¿Usted quiere mucho a su hijo?””Claro señora, es lo único que tengo en la vida””pero también es hijo de Carlos y se merece una buena educación y tener un buen porvenir como un señor ¿No le gustaría eso para su hijo?””Mucho señora, pero el amor de una madre puede más que todo eso”
“de amor no se preocupe que va a tener todo el amor del mundo” en eso que Carlos entró en la habitación, los dos se quedaron mirándose fijamente “ ya hemos hablado” dijo su suegra “ahora depende de ella””Juana no haremos nada que tú no quieras””Carlos tú no sabes lo que es que te lleven un hijo, es un desgarro que ya lo llevas toda tu vida y del que jamás te repones”
Esa noche Juana acostó a Carlitos y ella no durmió nada, estaba pensando en qué sería lo mejor para su hijo, porque no quería quitarle un futuro esplendido aunque ella se muriera, pensaba que por mucho que lo amara si no lo dejaba irse con su padre sería un acto de egoísmo por su parte, con esos pensamientos le dieron los primeros claros del día, pero ya había tomado una decisión de la cual no sabía si algún día se arrepentiría pero si se diera el caso, ella lo hacía por amor.
A media mañana cuando Juana terminó de fregar la escalera, se presento Carlos “hola””hola, iba a ir a hablar contigo”” ¿ya has tomado una decisión?””Vamos a la terraza, aquí las paredes oyen” al llegar a la terraza “he estado toda la noche pensando en Carlitos, no quiero ser egoísta, aunque me muera por dentro, he decidido que te lo lleves, pero con una condición””tu dirás”” que me prometas que no pararas hasta encontrar a su hermana Dignidad y si está viva que se conozcan”
Carlos trató de besarla pero ella lo paró “no, tú estás casado con otra mujer, le perteneces a ella y a mí no me gustaría que mi marido se besara con otra””algún día te daré este beso” ella se sonrió.
Carlitos se pasaba más tiempo con su padre que en casa de su madre, su ropa comenzó a cambiar, no podía decir palabrotas, hasta que un día de golpe, desapareció y Jacinta se presentó en casa de Juana llevando en su mano una carta “mi señorito me la dio para ti, pero me dijo que no te la diera hasta después de irse”” ¿Cuándo se han marchado?””Esta mañana” y Juana comenzó a  abrir la carta” por favor, déjame sola” Jacinta puso cara de enfadada y se marchó.
Amor mío, perdona mi cobardía por no despedirme de ti pero es que en persona no podría hacerlo, tú has sido y serás  el amor de mi vida, pero el destino no quiso que viviéramos juntos, pero me has dado un hijo hermoso, te admiro lo valiente que eres, la vida a veces se ceba con algunas personas y tú eres una de ellas.
El mundo debería de saber que hay mujeres como tú, luchadoras, guerreras, leonas defendiendo a sus hijos, algún día nos volveremos a ver, te lo prometo, para pedirte el beso que me debes, por favor cuídate mucho y piensa siempre que tú, has sido el único amor de mi vida”
Juana, sentada en la silla apoyó la cabeza y los brazos sobre la mesa y comenzó a llorar desesperadamente pero en silencio.
Y así comenzó de nuevo Juana otra vez otra vida pero esta vez sola, ella, que soñaba y veía a sus hijos ya mayores junto a ella y para colmo Joaquín que era el único que venía de vez en cuando a hablar con ella un día vinieron a decirle que la noche anterior un coche lo atropelló mortalmente.
Juana siempre miraba la casa de al lado pero nunca había movimiento, solo veía a Jacinta hasta que a partir de un día ni si quiera a ella la vio, una mañana que estaba fregando la escalera oyó mucho ruido y  se asomó a la calle y vio que estaban derribando la casa unos obreros.
El progreso llegaba con prisas y nadie podía pararlo, un hermoso palacete neoclásico fue derribado para construir un bloque de pisos, pero Juana no pensaba en eso, su pensamiento estaba en que se le iban las pocas esperanzas que tenia de que volvería a ver a su hijo y a Carlos porque aunque ella no lo decía siempre lo consideró como un milagro que Dios le envió para que conociera el amor.
Fueron pasando los días, los meses hasta que hizo un año que estaba con su absoluta soledad, ya no podía fregar la escalera y contrataron a una chica joven y a Juana que estuviera de portera, pero claro recortándole el salario a la mitad, a ella eso no le importó porque para lo que ella gastaba.
Carlos y su familia se instalaron en Barcelona en el caserón que el padre de su suegra, un anciano muy mayor tenía en la plaza España, comenzaron a codearse con la alta burguesía catalana y en pocos meses estaban habituados a su nuevo hogar. Carlos desde que llegó fue al consulado italiano a comenzar la búsqueda de Dignidad.
Carlitos crecía a prisa y corriendo, como todos los niños, Doña Margarita lo adoraba, era el nieto que siempre había soñado tener, le consentía todo, lo llevaba a todas partes, entre el niño y la abuela se estableció un lazo de amor y cariño mutuo, pero quien le daba miedo era el padre de Doña Margarita, un señor muy viejo, muy callado, que siempre lo observaba en silencio y casi nunca hablaba.
Gloria al principio era muy amable con Carlitos hasta que se dio cuenta que su marido prefería pasar el tiempo con el crio más que con ella y sobretodo que desde que apareció el crio su marido la ignoraba cada vez más en la cama.
Carlos entabló una gran amistad con el cónsul italiano desde el primer día, quizás porque él estaba pasando algo parecido en su matrimonio, le prometió a Carlos que movería todos los archivos de la guerra para tratar de averiguar algo sobre Dignidad, eso sí, le solicitó tiempo porque no era tarea fácil.
Don Ramón el patriarca, fue militar, pasó casi toda su vida en Marruecos, tubo dos hijas, Margarita y la mayor Joanna que se marchó con un obrero del que se había enamorado, porque sus padres no aceptaban esa relación, pero sobretodo su madre, mucho después se enteraron  en la guerra civil que había muerto en un bombardeo de los nacionales, los mismos que apoyaba su padre, quizás por eso cuando termino la contienda comenzó a alejarse de lo que pensaban los militares, aunque con discreción, claro.
Don Ramón no podía ya caminar y tenía que ir a todos los sitios en silla de ruedas, una mañana hacia un sol esplendido de primavera, las plantas estaban en plena floración y era muy bonito contemplarlas desde detrás del cristal del porche “¿quiere que lo saque? No hace frio” Don Ramón se volvió y le dijo “¿tú puedes?””Claro yo ya  soy mayor y fuerte” Don Ramón se sonrió por primera vez con él y aceptó que lo sacara al patio.
Desde entonces Carlitos le perdió el miedo y le contaba historias a su manera y Don Ramón comenzó a tenerle simpatía, la tarde que no venía a contarle alguna historia lo echaba mucho de menos y es que todos los ancianos sean de la condición social que sean, les encantan que alguien se preocupe por ellos y que los escuchen, aunque no hablen mucho, como Don Ramón.
La relación entre Gloria y Carlos era cada  vez más tensa, una tarde comenzaron una discusión cuando él le dijo que quería irse a dormir a otro dormitorio solo “¿qué? como vas a hacer eso, qué dirá la gente, los criados porque todo el mundo se enterara” “no tienen porque enterarse, además hay muchos matrimonios que duermen en habitaciones separadas, y si alguien te dice algo me hechas a mí la culpa, dices que es que ronco mucho””¿Carlos, tú me has querido alguna vez?””Claro que te he querido y te quiero mucho”” ¿entonces por qué haces esto?””Porque es lo mejor para los dos, creeme”Carlos no mintió solo ocultó una verdad, que no la amaba, quererla si la quería pero no la amaba.
Un día comiendo Gloria le dijo a Carlos “me voy, cuando pase la fiesta de San Juan me voy a la casa de Madrid””¿por qué?”” porque necesito meditar y estar sola para eso””¿tú madre te acompaña?””No, ya te he dicho que me voy sola”
La noche de San Juan un Conde celebraba una fiesta en la parte alta de la ciudad, todos se pusieron sus mejores galas y marcharon a la fiesta, allí Carlos coincidió con el cónsul italiano “creo que tengo noticias para usted, pero no se haga ilusiones porque tendrá que ir a Italia a confirmarlo usted””no se preocupe, esta misma semana voy a verle y concretamos el viaje”
Cuando volvían Carlos se lo contó a Gloria que la semana siguiente se tenía que marchar y no sabría cuanto tardaría “cuando tu vuelvas yo ya no estaré, mejor así no me gustan las despedidas” Carlos se la quedó fijamente mirando y no dijo nada, él pensó que también sería mejor así.
Mientras ellos estaban en la fiesta, Carlitos pasó por delante de la puerta del dormitorio de Gloria, nunca había estado allí dentro y como no estaban los señores pues entró, pero no se percató que Don Ramón desde el final del pasillo lo estaba viendo.
A Carlitos le pareció una habitación de cuento de hadas, con la cama con techo (dosel) que le asombró, una cómoda preciosa, la cual la abrió y dentro había un joyero que Carlitos se quedó extasiado, abrió el joyero y dentro encontró una cosa que le pareció una maravilla, la agarró con su mano y salió despacito del dormitorio, salió de espalda y al darse la vuelta estaba Don Ramón con cara de enojado, del susto que se llevo el crio, se le cayó la pieza al suelo.
Carlitos estaba temblando “¿tú no sabes que robar es de ladrones?””No lo he robado, solo quería verlo bien, es muy bonito, después pensaba devolverlo”” ¿a ver qué es?” cuando don Ramón lo vio le cambió el rostro “¿Dónde estaba esto?”” en un joyero”” ¿sabes lo que es?””No señor””esto se llama camafeo y este en concreto tiene mucha importancia para mi, significa muchas cosas de mi vida”
Don Ramón se dio media vuelta y se fue, llevándose el camafeo, Carlitos se quedó con cara de enfadado porque ya no vería más eso tan bonito.
Cuando Don Ramón se encerró en su cuarto sacó el camafeo y se le quedó  mirando mucho tiempo hasta que apretó un minúsculo engarce hábilmente disimulado y el camafeo se abrió, dentro había una pequeñita fotografía amarillenta del rostro de una hermosa joven, Don Ramón la besó y comenzaron a caérsele las lágrimas.
Al día siguiente Carlos se marchó a Milán (Italia) a entrevistarse con un señor que le había dicho el cónsul, no se despidió de Gloria, él llamó a la puerta de su dormitorio pero ella no abrió.
Unos pocos días después estaba Don Ramón en el porche acristalado como siempre y oía ruido en la habitación de Gloria, se acerco a la puerta y le preguntó”¿qué te pasa?””No encuentro una joya”” ¿qué joya?””Un camafeo” Don Ramón se lo sacó del bolsillo de su chaleco” ¿es este?””Si ¿tú qué haces con mi camafeo?””No, no es tuyo””cómo que no” “¿quién te lo dio?”Nadie, es mío””dime quién te lo dio”” la madre de Carlitos, por eso es mío””no, no te pertenece, es de ella””bueno es igual, quédeselo de todas formas es falso” Don Ramón se sonrió se dio la media vuelta y se fue para su cuarto.
Gloria se marchó de la casa una mañana sin mirar para atrás, se fue con la sensación de que ya no volvería nunca más a Barcelona, de que estaba comenzando una nueva vida, no sabía cómo pero lo tenía seguro.
La vida de Juana continuaba ajena a todo esto, bastante tenia ella con sus dolores, mareos y fiebres, siempre estaba pensando en sus hijos sobretodo en Dignidad porque Carlitos sabia que estaría bien con su padre.
Carlos se presentó en la dirección de Milán que el cónsul le había dado y preguntó por Don Giovanni, la sirvienta lo hizo pasar al despacho del señor y Carlos vio a un hombre militar con muchos cuadros llenos de medallas “el cónsul me dijo que vendría usted””sí, estoy buscando a una chica de mi familia que desapareció en la guerra ¿usted estuvo por el sureste de España?””Efectivamente, llegamos hasta Alicante”” ¿usted sabe si unos moros se llevaron a esta chica?””¿Cómo se llamaba?””Dignidad, su madre tiene pocas esperanzas de que esté viva” el militar se levantó y le acercó una foto de una joven muy hermosa “ es Brina, Dignidad para usted, mi hija””está muy cambiada pero si es ella””claro que es ella, yo me la traje para Italia, desde entonces la hemos tratado como una hija, mi esposa que Dios la tenga en su gloria siempre la amó como a la hija que nunca pudo tener””¿usted le contó alguna vez de donde procedía?””No, pensamos que sería mejor para todos comenzar de nuevo en todo y que el amor hiciera su camino”
Ahora se presentaba el dilema de decírselo a Dignidad o no decirle nada, pero Carlos pensó que tenía derecho a saber de donde procedía y que ella eligiera, así se lo dijo al militar que accedió.
Cuando Brina llegó a su casa se encontró con Carlos, era una cara que le era conocida pero no sabía por qué, su padre le dijo “Brina siéntate tenemos que hablar”” ¿conoces a este hombre?””Si, pero no sé de qué””mi querida hija recuerdas cuando te traje a esta casa y te dije que tus padres biológicos habían muerto””si, papá””perdóname hija pero te mentí, te vi tan frágil y asustada en manos de ese moro que decidí traerte a casa y te criamos como a una hija”
Dignidad se quedó con la mirada fija en el infinito “¿mis padres viven?””Tú madre si” dijo Carlos “y me gustaría que te conociera pero eso eres tú quien tiene que decidirlo””recuerdo que tenía un hermanito””si, es Carlitos, vive conmigo yo soy su padre” Brina se volvió a su padre y le dijo “Papá quiero conocerlos” se abrazó a su padre “pero vosotros siempre seréis mis padres” “ya lo sé, hija mía”
A los pocos días Carlos y Brina llegaban a Barcelona, cuando Carlitos la vio no sabía qué hacer, ella lo abrazó”soy tu hermana”” ¿la que se llevaron los moros?””Si” dijo ella mientras lo miraba de arriba abajo porque ella recordaba un bebé y ahora estaba ante un hombre.
Don Ramón no tardó mucho en llevarse a Carlos a su habitación “¿la madre de Brina se llama Juana?””Si ¿cómo lo sabe usted?”Veras Carlos siéntate que vas a oír algo que no esperas.
Cuando yo era joven teníamos en casa una criada muy joven, era muy hermosa, tenía ese algo especial que solo algunas personas tienen, independientemente de su condición social, me enamoré perdidamente de ella, pero mis padres se dieron cuenta y la echaron de casa, pero yo no podía darle nada, entonces agarré un camafeo de mi madre y se lo di.
Nunca más supe de ella, solo que se fue para su tierra por Requena, en la guerra estuve allí buscándola pero me dijeron que ya no vivía por allí y que no sabían donde había ido.
“Don Ramón usted me está hablando de la madre de Juana, se llamaba Juana María y falleció cuando Juana tenia doce años, ella siempre me dijo que su madre había sido una mujer muy guapa””Brina es exactamente a ella, por eso cuando la he visto he comprendido todo”
“Como me gustaría conocer a Juana””no se preocupe Don Ramón que nos vamos los tres a por ella a Valencia y la traeremos y vera como también es muy guapa””por favor Carlos cuando salgas dile a Doña Margarita que entre”
“Entonces Carlitos es mi sobrino “se oyó decir a Doña Margarita” con razón siempre pensé que el cariño que le tenia no era normal de un extraño”
El día doce de octubre del año 1957 Juana estaba sentada en una silla encogida de tanto dolor como tenia en el estómago, de golpe se abrió la puerta de su casa y apareció como un fantasma salido de la nada su marido, se levantó de golpe de la silla y pareció que había visto un fantasma “Pero,,,,tú,,, ¿de dónde sales?”” del infierno” y diciendo esto le clavó una faca a Juana en el estómago y salió corriendo.
Al salir por el portal de la finca se cruzó con Calos y los hijos de Juana, se miraron y Carlos enseguida pensó lo peor, salió corriendo escaleras arriba y se encontró a Juana doblada en el suelo en mitad de un charco de sangre “Juana” gritó “¿qué ha pasado?””Me ha matado Carlos, mi pasado me ha matado “Carlos le agarró la cabeza y le dio un beso en la boca” me lo debías mi vida” ella sonrió a pesar del dolor y en eso llegaron sus hijos y le ayudaron a llevarla al Hospital Provincial que vivían cerca.
La operaron y cuando salió el médico les dijo “Esta mujer está muy mal, está toda desecha por dentro, lo único que han conseguido es adelantarle la muerte””¿Cuánto tiempo de vida le queda doctor?”” yo no soy Dios pero en cualquier momento se puede ir”
Al día siguiente se dio la alarma de que el Turia podría desbordarse, así que Carlos envió a los jóvenes a casa y él se quedó con Juana, la cual ya no hablaba, siempre estaba dormida por la morfina.
Al medio día todo el personal del hospital se afanaba en trasladar a los enfermos al piso de arriba, pero con un ruido infernal el agua, el fango y las ramas comenzaron a inundar las calles de Valencia, entre ellas el hospital, Carlos se aferró fuertemente a Juana tratando de protegerla, pero la riada se lo llevó todo lo que pilló por delante.
Jamás se recuperaron sus cuerpos, fueron unos de tantos que el rio expulsó al Mediterráneo, nunca se sabrá cuanta gente falleció ese día y esa noche, eran tiempos oscuros donde la verdad brillaba por su ausencia.
La vida a veces se ceba con algunas personas que por muy fuertes que sean siempre, terminan trágicamente, pero como a veces pensaba Juana, ella se sentía afortunada porque había conocido el verdadero amor, a pesar de que la vida le había puesto tantas zancadillas.
Para algunas personas la vida es una acumulación de acontecimientos que a veces traen enormes sorpresas y para otras personas es pasar sin pena ni gloria por este valle de lágrimas.
Por eso yo pienso que la vida hay que vivirla, con sus penas y sus glorias, pero vivirla y no dejarla pasar, porque después ya no cabe el arrepentimiento y lo poco o mucho que seamos felices es lo único que nos vamos a llevar.             AMA