XIX
El invierno llegó, a
nuestras vidas
Lo descubrimos una
tarde fría
Sentado, llorando en
una silla
Llegó el invierno por
sorpresa
Elegiste a los tuyos,
mientras me abandonabas
Quisiste después
aderezarlo con cariños
Pero el maldito y
cruel invierno había llegado
Ya no cabían tus porqués ni mis respuestas
Solo el frio y la
soledad maldita
Se instalaron en
nuestras caricias
Con una gran nevada,
apareció el invierno,
El maldito invierno
que nos separó y
Donde yo me quedé y
aun miro cada mañana
Por si una silueta
amiga se vislumbra
A través de la
muchedumbre, y eso que sabía
Cuando te marchaste
que ya no volverías
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