miércoles, 18 de junio de 2014

ESPERANZA


Ahora vengo del cardiólogo

Toda una mañana esperando

Demasiada faena, para un hombre solo


Mientras aguardaba en la sala de espera

Enfrente de mí, había dos críos, hablaban

Se contaban sus mundos, con cara pálida


El mayor tendría unos once años

Un cuerpo delgadito y unos brazos blancos

Su madre, no sabía disimular sus miedos


Sobre nueve años, el más jovencito

Hablaba y se movía muy despacito

Estaba junto a su madre, agarradito


En las caras de las madres, he visto y  leído

Dos formas distintas de enfocar un castigo

Según una de ellas, lo tenía bien merecido


Sin embargo, lo que más me ha hecho enserir

Es observar, las dos caritas, de ganas de vivir

Que tenían los dos críos,  sin pensar en morir


Siempre estaban con risas

A pesar de sus caras pálidas





No hay comentarios:

Publicar un comentario