Era
un día frío aunque hacia sol, Juana estaba vareando las olivas que tenía, solo
dos, día festivo un día de Navidad, pero el campo no sabe de festivos, la
naturaleza lleva su ritmo ajeno al del ser humano.
Ella
notaba que los dolores iban a más, así que se lo dejó todo y se fue para la
casa, le dijo a Dignidad que la ayudara a preparar sábanas limpias y que fuera
a avisar a alguien del pueblo, pero al rato volvió la cría “Mama no hay nadie
por las calles y tampoco me han abierto ninguna puerta””pues hija mía, tenemos
que hacerlo nosotras solas””tú no te asustes por mucho que la Mama grite” pero
Dignidad estaba blanca del miedo, para animarla su madre le dijo” esto que vas
a hacer hay muchos hombres que no son capaces de hacerlo” pero el miedo no se
le iba a Dignidad.
Mientras
Juana estaba de parto los aviones fascistas estaban bombardeando Requena,
cuando ella vio que era un varón se alegró y una sonrisa se le escapó a pesar
de los dolores “mira Carlitos te reciben con fuegos artificiales”
Desde
antes de nacer ya lo tenía claro ella que si era varón se llamaría Carlos, no
podía ser de otra manera.
Al
mes siguiente Dignidad cumplió diez años “Mama hoy es mi cumpleaños” “ya lo sé,
hija mía”” ya estás echa casi una mujer” y Dignidad se puso contenta y sonrió,
pero lo que no sabía es que ese cumpleaños no lo olvidaría en toda su vida.
A
media tarde oyeron un ruido que cada vez se hacía más fuerte hasta que de golpe
aparecieron unos hombres muy morenos que ella no los había visto nunca y el estómago se le hizo un nudo porque sabía que otra vez, la desgracia se
presentaba en su casa, ella no comprendía su habla, se acercó un hombre que
ella supuso que era el jefe “¿quién vive aquí?”” yo señor y mis hijos”” ¿y tú
marido?””No lo sé señor, hace ya mucho tiempo que no sé nada de él”
Un
hombre de los morenos se acercó al sargento y estuvo hablando con él un buen
rato, ella lo único que se daba cuenta es que estaban discutiendo, hasta que el
sargento le dijo enojado al moreno “vale, pero tú respondes de ella” y el
hombre fue corriendo y agarró a Dignidad del brazo, pero como ella se resistía
se la echó al hombro, Juana se dio cuenta que es que se llevaban a su hija,
dejó a Carlitos en el suelo y comenzó a pelearse con el hombre moreno, hasta
que no sabe de dónde salió la culata de un fusil y le dio de pleno en la
cabeza, cayó como muerta y los hombres se fueron llevándose a Dignidad que no
paraba de llorar desesperadamente, fue la última visión que tuvo de su madre,
muerta en el suelo
encima
de un charco de sangre inmóvil y los lloros de Carlitos desesperados
Cuando
Juana se despertó con un tremendo dolor de cabeza ya era de noche, no era
consciente del tiempo que había estado tirada en el suelo, se levantó y salió
corriendo a por Carlitos que estaba llorando, lo estrechó fuertemente entre sus
brazos y se curó la cabeza, se sentó en el pilón de la entrada de la chabola
con Carlitos durmiendo en sus brazos “ Dios, que he hecho yo para merecer tanta
desgracia, nada más he hecho que trabajar y trabajar en toda mi vida desde que
tengo uso de razón, si fuera hombre seguro que no me pasaría todo esto, mi
pobre hija, Dios mío qué será de ella, si es solo una niña, le amaneció
llorando y pensando en su desgracia.
Conforme
pasaban los días Juana se hundía cada vez más en la depresión, ella era
consciente de ello y pensó incluso en el suicidio porque ya no podía aguantar
más, ya era demasiado para un ser humano, pero miraba a Carlitos y ella misma
se decía “Juana, adelante tienes que sobreponerte y continuar luchando porque
tienes un hermoso hijo que criar.
Poco
a poco se fue recuperando, aunque siempre estaba triste y casi siempre
llorando, pero Carlitos cuando la veía así también se ponía triste y se
agarraba a ella, teniendo Juana que hacerle mimos para alegrarlo y así fueron
pasando los meses y un día vio a unos hombres que venían hacia la chabola,
enseguida agarró a Carlitos y lo metió en el zulo que había hecho debajo de su
cama, preparándose por si volvían.
Eran
tres hombres, dos llevaban escopetas cuando se acercaron ella los reconoció de
verlos por el pueblo, cuando estuvieron a su altura el que iba mejor vestido se
dirigió a ella” tienes que marcharte de aquí, cuanto antes mejor” “¿yo? Pero si
esto es mío, de esta tierra como, si me la quitan ¿de qué voy a comer?””No te
lo quita nadie porque nunca ha sido tuyo, así que ya sabes, los Medina en su
generosidad te dan dos días para que te vayas”
Cuando
se fueron Juana se puso a llorar desconsoladamente porque esa ya era la gota
que rebosaba el vaso “Dios, mío ahora que hago yo y mi hijo, a donde vamos, no
tengo a nadie que me ampare, estoy sola, Dios donde voy”
En
mitad de la noche Juana se sobresaltó y como si hubiera tenido una iluminación
dijo “Carlos me ayudará, tiene que hacerlo a fin de cuentas Carlitos también es
su hijo”
Al
día siguiente se llevó al mercadillo todo lo que tenia, gallinas, pavos, toda
la verdura, tuvo suerte que lo vendió todo y pudo comprar el billete para
Valencia, sin haber salido del pueblo ni su aldea se subió al autobús de
gasógeno, con Carlitos encima de su pierna y una cesta con algo de comida en la
otra, no sabía a dónde iba ni que sería de ella y su hijo, pero no tenía miedo,
desde que le arrebataron a su hija, perdió todo miedo a el mundo a la vida a
los hombres, fue como si la hubieran inoculado contra toda clase de miedos.
Conforme
Juana iba entrando a Valencia se asombraba cada vez más de lo grande que era,
pensaba “aquí seguro que encuentro yo trabajo” y continuaba mirando los
edificios, hasta que el autobús llegó al
final del trayecto y se bajaron los pasajeros y Juana con Carlitos de la mano
se dio cuenta que no sabía por dónde comenzar.
El
hambre es la madre de la astucia, así que Juana con mucha vergüenza se puso en
una esquina a pedir limosna para que Carlitos pudiera comer, no se echó a
llorar para que su hijo no la viera, pero apretaba fuertemente los dientes, de
rabia, de impotencia y de coraje.
Cuando
se hizo de noche, con cartones hizo una especie de cama y para taparse también cartones, se pusieron
en un portal grande y ella arropó bien a Carlitos para que no pasara frío.
Por
fin cuando Juana había conseguido dormirse, la despertó un hombre con una
garrota “¿Qué hace usted aquí? ¿No sabe que aquí no se puede estar?” “no lo sabía
señor” y se incorporó con su hijo en brazos, cuando el sereno vio al niño “pero
si lleva un crío” “si señor es mi hijo” “venga conmigo”” ¿Dónde nos lleva? No
hemos hecho nada malo señor” “tranquila, la finca de al lado no tiene portero y
la caseta está vacía, allí podrá pasar la noche con el crío” el sereno abrió y
ella detrás “vamos a subir por las escaleras, el ascensor haría mucho ruido” En
Valencia todos los edificios de la burguesía tenían portero y en la terraza del
edificio le hacían la vivienda.
A
Juana la casa le pareció un palacio” pero aquí vive alguien, un hombre” “es
usted muy lista ¿Cómo lo ha adivinado?”Porque una mujer pone cortinas y no se
deja los platos encima de la mesa”” si, vive el portero como ya le he dicho
pero hace unos días se puso enfermo y se lo llevaron al hospital”
El
sereno se fue recomendándole que no hiciera ruido y Juana acostó a Carlitos en
una cama mientras ella inspeccionaba toda la casa y pensaba que aún quedaban
personas buenas en este mundo, cuando vio que no había peligro se acostó junto
a su hijo y se quedó profundamente dormida.
Por
la mañana llamaron a la puerta, ella no sabía qué hacer si abrir o no, hasta
que se oyó la voz del sereno “abra soy yo” le traía buñuelos y leche, a
Carlitos se le iluminó la cara al ver los buñuelos “¿por qué hace todo esto con
nosotros?” “porque si entre los pobres no nos ayudamos ¿quién nos va a ayudar?
“Luego
más tarde hablaré con Doña Asunción, es una hija de su madre pero todos hacen
lo que ella dice, le hablaré de ti a ver si te puedes quedar hasta que vuelva
el portero, si dice que si, por lo menos tendrás donde cobijarte””pero no te
hagas ilusiones, como decimos en mi tierra es mú mala”
Juana
estaba nerviosa esperando al sereno a ver que decía, pero las horas pasaban y
no volvía, hasta que de golpe se abrió la puerta y Joaquín el sereno, le dijo”
ha dicho que si después de mucho protestar pero a cambio tienes que hacer de
portera y fregar toda la escalera, así se ahorran el dinero de la mujer que venía
a hacerla “al oírlo Juana saltó de alegría y le dio un beso a Joaquín mientras
él decía “con qué poco nos conformamos los pobres”
Juana
comenzó una nueva vida donde todo era nuevo para ella, pero como mujer
espabilada en pocos días se puso al corriente de todo el que hacer, no le
molestaba el trabajo, ella estaba acostumbrada a un trabajo más duro, lo que
realmente le molestaba era tener que llamar a todo el mundo por señor ó señora,
pero sobretodo aguantar los tocamientos con los bastones de los señores, ella
ponía cara de enfadada y ellos se reían.
El
trabajo también le servía para no tener a su hija siempre en la cabeza, ella
estaba convencida de que Dignidad estaba muerta por eso una noche al acostarse
“Dios, tú sabes que no creo en la iglesia ni en los curas y tú sabes bien por
qué, pero yo te prometo que te rezaré todas las noches un Padrenuestro para que
protejas a mi pobre hija” lo rezó y se quedó dormida.
Mientras
Juana estaba de portera se dejaba a Carlitos en la casa y la azotea porque allí
él podía jugar y correr, un día estaba jugando con una lagartija cuando detrás
de él oyó “hola” Carlitos se dio la vuelta y vio a un hombre y comenzó a correr
“no, no corras, no te voy a hacer nada malo””mi mama me ha dicho que no hable
con extraños””yo no soy un extraño, soy tu vecino””un vecino ¿no es un
extraño?””Claro que no, los vecinos son amigos””entonces si puedo hablar
contigo”” claro ¿Qué llevas en las manos?”” es una lagartija” y se la enseñó “tú
no eres de aquí ¿verdad? Porque esto aquí le llaman dragón” ¿dragón, que nombre mas raro” “jajajajaj ¿Por qué?”En eso subió a la terraza una criada y le dijo
“la señora lo llama” “como siempre” susurro él “bueno amigo ya continuaremos”
“vale amigo, yo estoy aquí todos los días” “jajajaja portate bien” “si señor”.
A
Juana ese día una señora la había abroncado porque decía que la escalera no
estaba bastante limpia, tragó saliva y le contestó” perdone señora, mañana lo
haré mejor” la señora con la cabeza bien alta se marchó con una sonrisita,
había demostrado así misma quién mandaba.
La
necedad siempre es muy amiga de los dineros, en realidad era una nueva rica
porque su marido se forraba de dinero porque era unos de los jefes del Mercado
de Abastos y con el estraperlo, como muchos en aquellos años se llenaron los
bolsillos de billetes, haciéndole pasar hambre a las pobres personas.
“Mama,
tengo un amigo” “¿tú un amigo, si no sales de aquí?””Es ahí en la azotea, juega
conmigo””te tengo dicho que no hables con extraños” “es vecino mama, no es un
extraño”” ¿y de donde es?” “de la finca de al lado” Juana se quedó pensativa
“pero si ahí al lado no he visto nunca ningún niño” “no es un niño, mama, es un
hombre y me ha dicho que la próxima vez me traerá un regalo”
“te
prohíbo que hables con nadie y menos con una persona mayor “Juana pensaba en su
hija “¿me has comprendido?””Que no hables con nadie y menos con personas
mayores”
Un
domingo por la mañana Joaquín se presentó en casa de Juana, “huy, qué hace
usted aquí tan temprano” “ va, que os voy a llevar a un sitio”” ¿A dónde señor Joaquín?””
a un sitio que os va a gustar, el mar””si mama, si mama vamos a ver el mar” “estáis
locos, yo no puedo dejar la portería”” no te preocupes que ayer ya estuve yo
hablando con la señora Asunción””¿Y qué le dijo?” “que si que podemos ir, pero
tenemos que estar aquí a media tarde, ya sabes, ella siempre tiene que decir la
última palabra””pues entonces hago unos bocadillos y nos vamos “Carlitos estaba
loco de alegría “vale,,, vamos a ver el mar, bien”
Se
pusieron en marcha y caminando cruzaron el puente de San José y llegaron a la
estación de Fusta, se montaron en el trenet que los llevarían a los Poblados Marítimos.
Cuando
Juana bajó lo primero que notó era el olor a mar y cada vez más olor y más
ruido, un ruido impactante, cuando dieron la vuelta a un pequeño astillero se
encontraron de golpe con el inmenso mar, Juana agarró a Carlitos de la mano
porque a ella le dio miedo el espectáculo a la vez que se quedó impresionada de
tantísima agua.
Carlitos
se puso enseguida a jugar con la arena de la playa, mientras ella se quitó los
zapatos y se fue a la orilla a mojarse
los pies, inmóvil con la vista fija en el infinito del mar se quedó muchísimo
tiempo, Joaquín se dio cuenta que necesitaba estar sola y se fue a caminar.
Juana
se dio cuenta que ya llevaba mucho tiempo allí plantada “Dios, perdóname, que
grande y maravilloso eres, para hacer esta belleza” se dio la vuelta, llamó a
su hijo que estaba recogiendo conchas muy bonitas y emprendieron la vuelta,
ella miraba de vez en cuando hasta que se dejó de ver el mar.
Al
llegar a casa pasaron por delante de la casa de al lado en el momento que una
señora mayor se estaba subiendo a un coche, mientras Juana y Joaquín se metían
en la portería la señora se puso a hablar con Carlitos “niño, por favor, acércate””
si señora””¿Qué llevas en las manos?””Joaquín me ha dicho que se llaman conchas””son
muy bonitas ¿Dónde vives?” “aquí al lado señora”” ¿tus padres son los porteros
¿” no señora mi mama es la portera, yo no tengo padre””¿y ese hombre que os
acompaña?”” es el señor Joaquín el sereno”
La
anciana le dio una moneda a Carlitos y le dijo al chofer “vamos” y arrancaron y
conforme se alejaban la anciana no pudo reprimir unas lágrimas “¿sabes Sebastián?
Yo podría tener un nieto de su edad, pero Dios no me quiere dar ese último
deseo de mi vida, si yo tuviera un nieto así, yo sería la mujer más feliz del
mundo”
La
vida de Juana transcurría sin ningún aliciente, pasaba los días, los meses y
solo hacía que trabajar y trabajar, pero ella lo prefería así porque si no
estaba siempre pensando en su hija.
Un
jueves día del Corpus la calle estaba llena de gente y un coche atropelló a
Carlitos, que como todos los niños estaba loco jugando sin precaución, Carlitos
quedó tendido en el suelo sangrando por la cabeza e inconsciente, una señora
que lo había presenciado todo fue enseguida “Dios mío, el crio, el crio” y
se acachó para levantarlo pero Carlitos
ya se estaba levantando “¿estás bien hijo?” “me duele la cabeza””claro si estas
sangrando” y la señora sacó su pañuelo y se lo puso a Carlitos para que no
sangrara tanto.
“¿Dónde
vives?” Carlitos se quedó mirando a todas las casas pero no dijo nada” ¿Cómo te
llamas?” tampoco dijo nada, la señora le dijo a un hombre que lo llevara a casa de ella, cuando iban a entrar a casa
de la señora el hombre se dio cuenta que Carlitos se había desmayado otra vez
“señora este crío me parece que se va a criar malvas” “ no sea bruto hombre de
Dios””venga detrás de mí vamos a llevarlo a la habitación de invitados”
Cuando
Carlitos abrió los ojos “¿estoy en el cielo?””¿Por qué hijo?” le preguntó la
anciana que una vez le dio unas monedas, “por que esto es un palacio” “no
cariño, no es un palacio, es nuestra casa” le contestó la señora más joven, al
girar la cabeza escudriñando la habitación vio que a su lado estaba su amigo de
la terraza “¿Cómo estás?” “me duele la cabeza” “no te preocupes que ya viene en
camino Don Rafael, el médico “¿os conocéis?” preguntó la señora “si, somos
amigos de la terraza ¿verdad?”Sí señor””entonces ¿vive aquí al lado?”” si, si
es el hijo de la portera de la finca de al lado” en ese momento entró el
médico.
La
anciana señora solo hacía que mirar a su hijo y a Carlitos y viceversa hasta
que lo llamó a un apartado “¿tú te has dado cuenta lo que se parece el crío a
ti?””Mamá, es pura coincidencia te juro que yo no he tenido ningún hijo con
nadie, que cosas se te ocurren”
“Bueno
señores el chaval está bien lo que tiene es una fisura detrás de la cabeza y
esa herida hay que curársela todos los días y de lo de la memoria no se
preocupen, la recuperará poco a poco, que esté unos días haciendo reposo hasta que
se le cure la herida””muchas gracias Don Rafael, le acompaño”
“si
su madre vive aquí al lado tendremos que avisarla, estará la pobre
desesperada””si, voy a buscar a Jacinta para que vaya a buscar a su madre””hija
dile lo que tiene que decirle a esa mujer que Jacinta es una cabra, ya la
conoces tu””no se preocupe, se lo diré”
Doña
Gloria fue a buscar a la criada, que como siempre no estaba cuando se le
necesitaba, hasta que la encontró besándose con el chofer, la señora hizo ruido
para que se dieran por aludidos y Jacinta fue enseguida a ver lo que quería la
señora.
Como
Don Rafael vino andando el señor Barberá se ofreció a llevarlo en su coche a su
casa “Don Rafael ¿usted cree que le quedaran secuelas al chaval?””No hombre, es
muy joven y esa herida se le curará en muy poco tiempo, ya verás”
Jacinta
fue corriendo a la casa de al lado a decirle lo que su señora le había encomendado
y al entrar, el portal estaba lleno de gente” ¿es usted la madre del niño
atropellado?” “si ¿Dónde está?” “aquí al lado, la señora llamó al médico y ya
lo han curado, mis señoras son muy buenas”
Cuando
Juana entró en la casa se quedó alucinada de tanto lujo, desde arriba de la
escalera la señora Gloria le dijo “suba, está en la habitación de invitados
“Juana corriendo subió la escalera y entró en el cuarto y se abrazó a Carlitos
llorando “no llore mujer, está bien se termina de ir el médico”” muchas gracias
señora, no sé cómo pagárselo””no tiene que pagar nada, es un crío adorable””eso
sí, el médico ha dicho que esa herida hay que curársela todos los días” “no se preocupe
señora que será así, estoy acostumbrada a las heridas”
Pasados
unos días Juana se presentó en la casa de al lado y le dijo a Jacinta que
quería ver a la señora “buenos días ¿Cómo va el chaval?”” muy bien gracias, ustedes
se han portado muy bien con mi hijo y a mí me gustaría regalarle esto” Juana
sacó de entre sus pechos un pañuelo y dentro estaba el camafeo que ella tenía
como un tesoro” pero mujer, que no tiene que darme nada, ya se lo dije” “ ya lo
sé señora pero esto solo luciría en su pecho” “no me parece bien pero si es su
deseo con mucho gusto se lo acepto”
Cuando
Juana salió la señora miró bien el camafeo y pensó “es realmente hermoso ¿Cómo habrá
llegado a su poder esta joya? Por qué pinta de ladrona no tiene la pobre mujer”
Carlitos
ya no podía aguantar más acostado y su madre lo dejó que saliera a la terraza,
él quería ver a su amigo, pero salió varios días y no lo vio hasta que un día
que salió su amigo estaba allí fumándose un cigarro “hombre si pareces una
momia con la cabeza vendada” “¿eso qué
es?””Nada, olvídalo”” ¿te duele mucho?””No, yo soy fuerte””jajajaja mira te he traído
una cosa””un balón de verdad,,, viva, ya verás cuando me deje salir a la calle,
voy a ser el rey” y Carlitos se subió en la pared pequeña que dividía a las dos
azoteas y se enganchó abrazándolo y dándole un beso”
“¿Porque
tú sabes jugar al fútbol, verdad?”” si claro pero ¿por qué lloras? “no estoy
llorando es que se me ha metido algo en el ojo “mi madre dice que los hombres
no lloran””a veces sí cariño, a veces si”
FIN
SEGUNDO CAPÍTULO