jueves, 6 de junio de 2019

QUINCE INOCENCIAS





No busques en mi interior
nada,
está vacío, como el sarcófago
de Guiza.
No quedan gusanos
para comerme
ni libros para mi ego.
La soledad la inventó
un viejo como yo
sin nadie a quien llorarle.
Teníamos quince años
recuerdo vagamente
una mano de piel suave
y gordíta,
rozándome el rostro,
me dijo que era un Ángel
mirándome a los ojos,
a lo largo del camino
jamás, recuerdo que alguien
me lo volviera a decir
tan, sincera he inocentemente.
                                                       AMA


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