domingo, 27 de diciembre de 2015

AMAPOLA ROSA

A últimos de los años sesenta, había un país que se llamaba España, donde vivía un chico de catorce años, se llamaba Julián, vivía en un pueblo de la profunda Andalucía, donde las calles aún no conocían el asfalto, pero eso sí, hicieron las aceras, aunque después las quitaran porque se dieron cuenta que no cabían dos coches ¿no hubiera sido más fácil hacer la calle de una sola dirección? Además solo pasaba un coche una vez al año, cuando venía en verano un emigrante de final de la calle.
Los adolescentes de los sesenta no eran como los de ahora, eran más “malos” pero también más inocentes, una contradicción, pero me explico, quizás la palabra malos no sea la adecuada si no traviesos, pasaban el día en la calle, no tenían juguetes, el que tenía un balón de jugar al futbol era el rey, aunque fuera muy malo jugando y si no se jugaba al hoyo a las canicas ó bolas, al potro y eso si no había guerrillas, que consistía en los chicos de un barrio retaban a los de otro barrio y se citaban en una era a pedrada limpia, pero el mejor pasatiempo que tenían los más mayorcitos era cuando alguien conseguía una revista donde salían mujeres ligeras de ropa ( se masturbaban más que un mono)esa era la “maldad”  que tenían.
Pero eran muy inocentes en el sentido de que aún no había llegado la verdadera maldad, no robaban, respetaban mucho a las personas mayores, la palabra de los padres era sagrada “la caja tonta” estaba en muy pocos hogares y en verano la ponían cara a la calle y todos los críos y no tan críos sentados en el suelo de la calle para verla.
Julián un día jugando a eso de las guerrillas recibió una pedrada en la frente, sangraba y se sentía mal pero peor se sentía de saber cómo reaccionaría su padre cuando lo viera, no se dio cuenta que por detrás se le acercó una chica con un pañuelo y se lo puso en la herida, se llamaba Isabel aunque todos la conocían por Isa, vivía en una calle más abajo que él, se quedaron mirándose un rato a los ojos “ te voy a manchar de sangre el pañuelo” “ no importa, ya lo lavo yo sin que se entere mi madre”.
Julián  sabía que ella hacía tiempo que lo miraba de una forma especial, pero le daba vergüenza decirle nada a ella, aunque estuvo a punto varias veces.
Isa sentía algo especial por él porque lo veía un chico diferente, no era bruto, era el único que leía libros, por eso cuando pasaba cerca de él mariposas revoloteaban en su estómago “ me llamo Isabel” “ ya lo sé Isabel” estaban sentados en la primera era de detrás de las casas que en primavera se llenaba de amapolas y unas florecillas amarillas, Julián miró a su alrededor y vio una amapola rosa en mitad del campo pleno de amapolas rojas, se levantó y se la trajo “ para ti” “ gracias es preciosa” “ no tanto como tú” Isa bajó la cabeza y se puso roja “ me tengo que ir ya , es tarde” “¿ya? Le preguntó él “claro, las chicas no podemos llegar a casa tan tarde como los chicos” “pero si quieres nos podemos ver mañana en el pozo de la Mariquilla, aquí nos pueden ver tus amigos” “vale, te espero a las seis de la tarde” ella se izó sobre la punta de sus zapatos y le dio un beso en la mejilla y salió corriendo “adiós Isabel” le gritó él.
Cuando Julián volvió a casa su padre le pegó como siempre por no haber traído la comida para los conejos, pero no le importó, ni sintió los palos, su cabeza estaba en otro lugar.
Al día siguiente cuando Isa fue al sitio en que quedaron, Julián la estaba esperando con un ramito de flores del campo “¿son para mí?” “claro Isabel” “¿sabes? Eres el único que me llama Isabel” “no te gusta” “si, mucho” “Isa es nombre de niña” él la cogió de la mano y se fueron a caminar entre los olivos.
Todos los días se veían en el mismo lugar, sus corazones se aceleraban cuando estaban juntos, cuando se cogían de la mano, un día Julián le dio un beso en la boca, por supuesto inocentemente, y ella le preguntó “¿ya somos novios?” “claro, para toda la vida” y se abrazaron fuertemente.
Al otro día Isa no acudió a la cita, el se paseo por su calle pero no la vio, al día siguiente tampoco acudió ella, entonces Julián volvió a pasear por su calle y esta vez sí estaba ella, estaba sentada con cara triste en el escalón de su puerta “¿Qué te pasa?” “nada, habla despacio mi madre está dentro y no me deja salir” “¿porqué?”” me da vergüenza decírtelo, son cosas de mujeres” en eso que se oyó la voz de su madre “Isa, entra para dentro”.
A los pocos días él le mandó un papel con una amiga de ella donde le decía “tengo que verte, esta tarde en el sitio de siempre” y efectivamente a la hora indicada Isa se presentó , se dieron un fuerte abrazo “ Isabel ¿Qué te pasa? ¿Porqué has estado estos días sin venir?” “ porque mi madre no me dejaba salir” acachó la cabeza “ porque ya soy mujer de verdad” “ no te entiendo” “ me ha venido la regla” “ ¿eso qué es?” ella se echo a reír “cosas de mujeres”” ¿para qué querías verme?” y Julián le dio la noticia que ella menos esperaba “ nos vamos toda la familia a Barcelona” “ pero ¿cuándo?” mañana por la tarde cuando terminemos de cargar el camión” se abrazaron y las lágrimas recorrieron sus rostros “ ya no nos veremos más Julián” “ te juro que volveré algún día a por ti Isabel” y se dieron un beso que recordarían toda su vida, porque cuando más tristes estaban siempre echaban mano de ese recuerdo.
Julián entro como aprendiz en una fábrica de lámparas en L´Hospitalet de Llobregat, el pueblo donde su familia se fue a vivir porque tenían ya familia allí y comenzó a escribir a su amada cada semana hasta que pasados unos meses, él dejó de recibir la correspondencia de ella.
Él no dejaba de pensar en Isabel, pero la vida del emigrante no es nada fácil y fueron pasando los años sin darse cuenta.
Cuando Julián cumplió los dieciocho años les dijo a sus padres que en verano iría al pueblo, le echaron una gran bronca pero él no cedió hasta que le dieron permiso, y a primeros de Agosto cogía el tren borreguero nocturno que  daba paso hasta a las hormigas, pero por fin a las nueve de la mañana se apeaba en la estación de Linares-Baeza y agarró el autobús que le subía a Linares, con la cabeza plena de cosas que tenía que decirle a Isabel y también pensando el porqué dejaría de contestar a sus cartas.
Cuando se bajó en Santa Margarita, comenzó a caminar porque su barrio estaba en la otra punta del pueblo, cuando pasó por la Fuente del Pisar hizo un alto y bebió agua fresca antes de continuar.
Cuando llegó, solo habían pasado cuatro años pero lo encontró todo pequeño, sucio y una sensación de pobreza increíble.
Directamente fue a casa de su tía “Julián que alegría, pasa” “¿cómo estás tía?” “yo bien cariño, tu tío es el que anda chungo” “¿Qué le pasa?” “nada hijo, cosas de viejos, que tiene ya muchos años”” ¿y dónde está?” seguro que está en el único lugar donde no se queja, en la taberna”” bueno, dúchate y ponte cómodo”.
Julián no quiso preguntarle tan pronto por Isabel para que su tía no se diera cuenta, pero cuando salió de su cuarto ya no se pudo aguantar “¿ves a Isabel, como está?”” ¿Ya no  podías aguantar más sin preguntar por ella, eh?” Julián sonrió y le dio un beso a su tía “que zalamero has sido siempre” “Isabel no está bien, parece tísica, no sale mucho a la calle” a Julián se le cayó el cielo a los pies, se quedó helado” ¿y los médicos que dicen?” pues eso hijo, que está tísica” “me voy a verla”.
En aquella época y en los pueblos (por lo menos en este) todo lo que se salía del resfriado ó se salía de lo normal le ponían la etiqueta de, tísica, ahí entraban todas las enfermedades que las gentes no conocían.
Julián llamo a su puerta esperando que saliera la madre, pero después de esperar más de lo normal quien le abrió la puerta fue una hermosa mujer rubia con unos grandes ojos azules y delgada, era la niña que él recordaba pero convertida en una hermosa mujer, estuvieron mirándose sin decir nada un buen rato “Julián,¿ eres tú?” si Isabel” ella cerró la puerta de la calle y se dieron un gran abrazo y un beso que quería recuperar el tiempo pasado “ ¿y tu madre?” “no te preocupes estamos solos” ella le agarró la mano y lo llevó a su dormitorio.
Eran dos seres dando  rienda suelta a muchos años de amor soñado, esperado, descubriendo lo que era la sexualidad junto a la persona que más amabas en este mundo, era amor y sexo puro sin ningún tipo de lascivia, cuando terminaron él le preguntó “¿Qué tienes, estás demasiado delgada?” “vamos a vestirnos, no tentemos dos veces al diablo en el mismo día “eso se lo dijo dándole un beso.
Cuando estaban sentados en el comedor” ¿qué te dicen los médicos?”” nada cariño que no saben lo que tengo” le mintió ella “¿y a ti como te va en Barcelona?””bien, tengo trabajo, pienso mucho en ti y el mes que viene me llevan a la mili, a perder casi dos años de mi vida, estoy estudiando por las noches electrónica, tengo que hacerme un futuro, para cuando vuelva de la mili no tardar mucho en que nos casemos, a Isabel se le cayeron dos lágrimas por sus mejillas”¿porqué lloras tonta?”” es de alegría cariño” “ pero Julián leyó algo en sus ojos que no le gustó”¿me estás ocultando algo, Isabel?”” nada cariño, no te preocupes y mi madre está a punto de venir””entonces me voy que no vea que estamos solos””¿para cuanto tiempo has venido Julián?” “mañana por la noche tengo que coger el tren, el lunes trabajo”” ¿tan pronto?”” no me han dado más días en la fábrica, cariño” y se despidieron con un profundo beso de enamorados, donde el mundo no existe.
Por la tarde Julián se la pasó caminando por la era donde se dieron el primer beso, estaba muy contento pero a la vez algo en su interior no lo dejaba en paz.
Esa noche se acostó tarde contándole a su tía todo de su familia, de cómo les iba    en Barcelona.
Al otro día esperó desesperado que llegara la hora de ir a ver  Isabel y cuando llamo a la puerta le abrió la madre “buenos días” “buenos días, soy Julián, ¿está Isabel?”” Isabel no se encuentra bien” “¿no puedo verla un momento?”” no, ya te he dicho que no está bien ,aún duerme “Julián se quedó muy triste y se despidió, estuvo toda la tarde rondando la calle por si ella asomaba, pero ya se le hacía tarde para el tren y volvió a casa de su tía, se despidieron y comenzó su camino hacia Santa Margarita para agarrar el autobús que le llevaría a la estación del tren, pero caminaba como un autómata porque su cabeza estaba con su Isabel.
Julián se fue a la mili pero ellos seguían estando en contacto por carta, eran cartas llenas de amor y de planes para un futuro cercano, pero a los seis meses él dejó de recibir las cartas de ella y comenzó a preocuparse porque algo le decía que la desgracia estaba llamando a su puerta y no dejaba de pensar en ello.
El presentimiento se materializó una tarde que estaban haciendo ejercicios de tiro y un despistado le pegó un tiro en la espalda, Julián calló mortalmente herido y lo último que le oyeron sus compañeros fue “Isabel” y un helicóptero se lo llevo enseguida al hospital militar y de allí se lo llevaron al Gómez Ulla de Madrid donde estuvo ingresado seis meses y salió en silla de ruedas. Durante todos estos meses él no recibió nada de Isabel.
Cuando llegó a su casa de Barcelona sus padres le dieron una carta que había llegado hacia unos pocos días del pueblo, era de su tía, Julián conforme iba leyendo se ponía más blanco, su tía le decía que Isabel acababa de fallecer, su amor, su vida, la persona por  la que amaba tanto se había marchado de este mundo, se encerró en su cuarto y comenzó a llorar como un niño, hasta que se tranquilizó y pensó, por lo menos así no se enterara de que soy un inútil, que ya no sirvo para nada, que ya no le podría dar lo que ella se merecía.
Antes de un año del accidente un día estaba tan deprimido y no le encontraba sentido a esta vida que decidió marcharse, su pensamiento era agnóstico por lo tanto no temía al más allá porque no creía que hubiera nada, por la noche se despidió de sus padres y se encerró en su dormitorio, cogió todas las pastillas que tenia y las puso encima de la mesita de noche, comenzó con los ansiolíticos, de tres en tres, en cada trago su pensamiento era para Isabel, sabía que ella no estaría de acuerdo porque ella si era creyente y decía “perdóname” otro trago “perdóname” así hasta que la habitación comenzó a darle vueltas y cayo de golpe sobre la cama.
Su madre lo primero que hacía cada mañana era asomarse a su habitación a ver como estaba, pero esa mañana la llave estaba echada “Julián” “Julián” lo llamó la madre asustada y viendo que no recibía respuesta se fue corriendo a por su marido “Pepe, levántate rápido que Julián a echado la llave y no me responde” “ ay, Dios mío, ay, Dios mío” repetía la madre, el padre llamó a la puerta y no recibió respuesta, entonces le pegó una patada a la puerta que se hizo añicos y vieron a su hijo tendido en la cama, intentaron reanimarlo pero no respondía, entonces llamaron a urgencias que enseguida se lo llevaron al hospital, le hicieron un lavando de estomago y lo dejaron ingresado en psiquiatría una temporada, donde consiguieron hacerle comprender que aún era muy joven y tenía una vida por delante, de allí lo llevaron al hospital de parapléjicos de Toledo, para ayudarle en su tratamiento y a usar bien la silla de ruedas.
Poco a poco se fue recomponiendo física y sobre todo mentalmente que es más difícil y así pasaron los años y comenzó a trabajar ayudando en una ONG de ayuda a minusválidos.
Un día estaba lavándose la cara en el cuarto de baño y de golpe se quedó mirándose en el espejo, toda su vida pasó por su cabeza, vio un hombre mayor, aunque no tenía muchos años y le habló al espejo “ Isabel, ya estoy preparado para verte” y a los pocos días se lo contó a sus padres, por supuesto le dijeron de ir con él, le pusieron un montón de pegas pero él estaba decidido a hacer el viaje y además solo, quería probarse así mismo.
Corría el año mil novecientos ochenta y cuatro, España estaba cambiando a toda prisa en todos los sentidos, el tren ya solo duraba siete u ocho horas, cuando llegó a la estación de linares-Baeza agarró un taxi (ya tenía un cierto poder adquisitivo) que le llevo al barrio de las Américas porque sus tíos ya no vivían en Arrayanes, cuando se vieron se echaron a llorar todos, sus tíos aún no lo habían visto en silla de ruedas “tía ¿tú sabes dónde está Isabel? “ si claro cariño ¿quieres ir ya?” “para aprovechar que el taxi aún está aquí”” vale cariño dame un minuto “se subieron los dos al taxi y llegaron al cementerio, su tía fue enseguida a ayudarle y él le dijo “no tía, yo tengo que servirme por mi mismo “era primavera y hacia un día esplendido, nada más entrar al cementerio Julián se dio cuenta que había una sola amapola y además rosa “ tía ahora si te necesito, me coges esa amapola, por favor”” claro hijo”.
Cuando llegaron al nicho donde estaba Isabel su tía rezó algo y le dijo “yo te dejo solo, en la entrada te espero” él la miró con los ojos llenos de lágrimas “ gracias tia”Isabel estaba en la primera fila lo cual Julián agradeció, puso la amapola en las flores que ya tenía “ recuerdas mi amor”” la misma flor para conocernos y para despedirnos”” te amo tanto , amor mío” “ que cruel ha sido la vida con nosotros, que solo queríamos amarnos”” aunque tú nunca morirás cariño, porque mientras yo viva tú vivirás en mi corazón”” las personas no mueren cuando fallecen si no cuando se les deja de recordar”” me tengo que ir amor mío, mi tía estará preocupada””adiós amor” y se encaminó hacia la salida del cementerio, cuando llegó su tía no le hizo ninguna pregunta, solo se acacho y le dio un beso.
En la cena Julián le sacó el tema de Isabel a su tía, “¿Qué fue de la familia de Isabel? ¿Tú sabes algo? “ no cariño, nosotros hace muchos años que salimos del barrio, si te digo que ni si quiera sé si vive aún la madre”” vale tía, me voy a la cama que mañana tengo que levantarme pronto para coger el tren”” hijo mío, que prisas, no sé porqué no te quedas más días”” tía yo no puedo faltar mucho tiempo de la asociación, me han nombrado secretario” “ es que tú vales mucho, hijo”” jajajaja no es eso tía, es que me sirve como apoyo para  mi autoestima”.
Cuando llego a la estación del tren se bajó del taxi, no quiso que el taxista lo ayudase, pero para entrar a la estación había un escalón bastante pronunciado (la ley de movilidad ni se conocía) y se quedó parado, cuando un joven le dijo “ ¿le ayudo señor? “ si gracias” le contestó sin mirarlo, pero cuando lo subió se giró para darle las gracias y entonces se le quedó mirando sin hablar, parecía que se estaba mirando en un espejo cuando él tenía dieciocho años y el joven se dio cuenta “¿le pasa algo señor?”” no,,no, perdona gracias por ayudarme” “¿te puedo hacer una pregunta?”” claro señor” “ no me llames de señor, mi nombre es Julián””anda, somos tocayos, yo también me llamo Julián” “ pero iba a hacerme una pregunta, ¿no? “ si,si,,,,,¿ tú naciste en Linares? “si señ,,,,, ¿es que no sé cómo llamarlo? “de momento Julián está bien” el joven continuó “nací en Linares, en Arrayanes, pero me he criado aquí en la estación, porque mi madre falleció cuando yo nací, tenia ELA y mis tíos me han criado”” ¿Qué edad tienes?” “termino de cumplir dieciocho años “el corazón le iba a mil por hora a Julián, la cara se le iluminó con una gran sonrisa “y de tu padre ¿qué sabes?” “nada, mis tíos dicen que murió” “no,,,,no murió” “¿usted como lo sabe?” “ porque estás hablando con él” le contesto Julián con los ojos llorosos, el joven se quedó alucinado, no sabía que decir ni que hacer, Julián se sacó su cartera y extrajo una vieja foto y se la dio al joven” esta era tu madre”” es verdad, mis tíos tienen la misma foto” padre é hijo se quedaron mirándose fijamente y su hijo se levanto para abrazar a su padre, los dos llorando pero con los corazones que le explotaban de alegría “ cuanta falta me has hecho, papá” “ y tú a mí, y tú a mí, hijo mío”
“que bien suena, hijo mío” “ mejor suena, papá” y se volvieron a abrazar, Julián con el retrato de Isabel en la mano le dijo “amor mío, sabias que te ibas y quisiste dejarme algo de ti aunque te costara la vida”” sabes hijo, tienes dieciocho años de tú vida que contarme” “ y tú a mí, papá” se volvieron otra vez a abrazar “ ya verás tus abuelos cuando nos vean llegar, les llevo un nieto que ya no tienen que cambiarle los pañales, padre é hijo comenzaron a reír como nunca lo habían hecho “sabes papá, nunca me había sentido así de contento” “ yo tampoco, hijo mío, yo tampoco”.
La vida es una lotería que a veces, incluso toca.










viernes, 11 de diciembre de 2015

MARUJA

Sentada en un banco de madera de la estación del norte de Valencia, un bebe recién nacido entre sus brazos y su maleta de cartón, permanecía impasible y ausente , estaba recordando su vida, siempre a contracorriente, hasta que los altavoces de la estación comenzaron a anunciar el tren que partía hacia Madrid vía Albacete claro, entonces solo existía esa vía.
Maruja se abrochó el abrigo raido que llevaba, cogió a su bebe y la maleta y se subió al tren, iba a Toledo a que su marido conociera a su hijo recién nacido, corría el año 1937 en plena guerra civil española, lo hacía para callar las habladurías del pueblo y para que su marido conociera a su hijo por si pasaba algo malo.
A su llegada a Toledo fue por todos sitios preguntando por Vicente, así se llamaba su marido, hasta que pudo dar con él, estaba en el cuartel general del mando como intendente de cocina, cuando la vio se quedo asombrado “tú qué haces aquí, estás loca” “vengo a que conozcas a tu hijo”
Vicente le dio de comer porque iba muerta de hambre y como él tenía de toda clase de alimentos “aquí no os podéis quedar” “y que vamos a hacer” dijo Maruja “os voy a llevar a un pueblecito muy cerca de aquí, se llama Argés, allí conozco una familia que te dará una cama para ti y el chiquillo” y así transcurrieron varios meses hasta que se corrió la voz de que los nacionales iban a cortar la carretera de Valencia y Maruja no tuvo más remedio que volverse.
La verdadera razón de que fuera a Toledo maruja es que no se fiaba de su marido porque cuando se junto con él (en la república la gente no se casaba, se juntaban) ya tenía fama de mujeriego en el pueblo y ella temía que se echara una novia allí.
Terminada la guerra civil a él lo llevaron de penal en penal y ella iba como todas las mujeres a preguntar cómo estaba su marido y donde estaba sobre todo.
Ella y su marido eran y vivían en Onteniente un pueblo que está a 26 kilómetros de Xativa que es la capital de todo ese rincón de la provincia de Valencia.
Cuando se lo llevaron preso al monasterio de San Miguel de los Reyes en Valencia, ella tenía que agarrar un autobús todos los martes que le llevaba de Onteniente  a Xativa y luego otro hasta Valencia y después caminar varios kilómetros cargada con la cesta de la comida porque el monasterio esta a las afueras de Valencia. A los pocos meses lo trasladaron a la Cartuja del  Puig a 14 kilómetros de Valencia y Maruja continuo haciendo lo mismo todos los martes.
A los tres años por fin le hicieron un juicio y lo soltaron, Vicente llego a casa y saludó a Maruja sin mucho entusiasmo, era un hombre muy tosco, bueno, era como tantos hombres de aquellos años en España, republicanos que habían luchado por unos ideales, que fueron derrotados y humillados después, que vivían con el miedo como compañero de viaje, que no hablaba para que ningún vecino pudiera oír e ir a la comisaria ó sobre todo a la guardia civil a delatar a cualquiera que tuviera alguna deuda de lo que fuese con otra persona.
España vivía en el horror y el miedo, Vicente se compró un camión a gasógeno y comenzó a rehacer su vida , llevaba fruta de su pueblo a La Mancha donde la gente como no tenia dineros  se la cambiaba por pollos, pavos, conejos que luego él revendía en Onteniente, era el único camión que había en el pueblo, las relaciones en el matrimonio eran normales, dentro de lo que cabe, Maruja lo amaba, lo había demostrado haciendo tantos sacrificios por él pero Vicente nunca dejó de ser un pichabrava que decimos en mi pueblo, vamos que tenía una novia en cada pueblo donde iba con el camión porque casi siempre llevaba la misma ruta.
Maruja intentaba no querer darse cuenta de esas cosas ni de las habladurías de la gente hasta que un día la vecina de enfrente de su casa le dijo “quieres ver a tu marido con quien está” y se fueron dos calles más abajo y se escondieron en un portal hasta que efectivamente a los pocos minutos vieron salir a su marido de la casa de una mujer viuda, Maruja se le acerco toda roja pero con el ánimo increíblemente tranquilo y le dijo solamente “atente a las consecuencias” y se dio la media vuelta para ir a su casa, desde entonces las relaciones fueron cada vez a peor, ya discutían por cualquier cosa, él se burlaba de ella diciéndole “que vas a hacer tu” lo que él no sabía es que Maruja ya tenía su venganza planeada.
Cada sábado por la noche del año se juntaban en una casona propiedad de la iglesia, las fuerzas vivas que se les llamaba, el alcalde, el boticario el sargento que mandaba en el cuartelillo de la guardia civil y Vicente y por una puertecita que daba al rio por la parte de detrás de la casona siempre entraba cuando se hacía de noche una mujer que vivía en las afueras del pueblo, una pobre mujer mal vestida pero con esa belleza interna que solo algunas pocas personas poseen, todo el pueblo conocía esas “reuniones” pero nadie supo nunca con certeza lo que allí dentro pasaba ni querían ni podían hablar por el terror en el que se vivía.
Maruja que estaba al tanto de esas reuniones aprovecho para llamar  a su cuñado Luis marido de su hermanastra que de siempre le había gustado a ella, cuando llego Luis ella sacó todas sus armas de mujer para seducirlo y a fe que lo consiguió, lo malo es que continuaron viéndose los sábados por la noche y del sexo pasaron al amor y el amor te hace relajarte y no estar atento y pasó que un sábado la mujer que acudía a la casona no fue y la “reunión” se termino pronto, Vicente se presento en casa y los pilló a los dos en la cama, entonces Vicente se fue directo al cuartel de la guardia civil y presento una denuncia por adulterio, en aquellos años el adulterio era un delito muy grave, estaba penado con años de cárcel. Maruja no quería dar el espectáculo en el pueblo de que todos la vieran llevársela los civiles a la cárcel, así que cogió un hatillo de ropa y comenzó a caminar antes de que vinieran camino de Xativa que está a 14 kilómetros, todos se los hizo andando por caminos de cabras por las montañas pero claro en el camino de entrada a Xativa la estaba esperando la guardia civil, ella lo suponía y se la llevaron presa, fue de las primeras  si no la primera mujer que se encarcelaba en España por el terrible delito de amar a otro hombre que no fuera su marido.
Maruja fue una mujer luchadora, no sabía leer ni escribir y no tenía ideas políticas pero lo que si tenía claro de siempre es que por ser mujer no tenía que ser inferior a ningún hombre.
Vicente fue a los dos días a sacar a Maruja de la cárcel porque para él era también una afrenta que todo el mundo supiese en el pueblo que su mujer estaba en la cárcel por adultera.
En el regreso a Onteniente subidos en el camión de él no se dijeron ni una sola palabra, ni se miraron si quiera.
Esto ocurrió en el año de 1947 su hijo ya tenía diez años y siempre estaba metido en la iglesia con el cura porque le gustaba mucho la iglesia, quería ser sacerdote de mayor, eso hacía que Vicente lo odiara porque también odiaba a la iglesia ya que por culpa del cura cuando termino la guerra  a él lo metieron preso como antes he contado aparte de por ser rojo porque dijo el cura que él había sido el que había destrozado los santos de la iglesia y Vicente sabia que él no había sido pero se lo hicieron pagar.
A Borja, su padre le pegaba por cualquier cosa, si llegaba tarde por estar en misa, si decía al comer que no le gustaba la comida y si su padre venia por la noches un poco bebido lo primero que hacia Maruja era decirle a su hijo “Borja, arriba a tu cuarto que ya llega tu padre”  después ella se subía la cena sin que Vicente lo supiese, la situación familiar era insoportable hasta que un día, Vicente que venía de un pueblo de Sevilla se trajo a casa a la querida que tenía allí, la presento como la hija del jefe al que le trabajaba en ese pueblo, pero Maruja aunque era analfabeta no tenía ni un pelo de tonta y se planto delante d él y le dijo “ ó te la llevas de aquí ó agarro a mi hijo y nos vamos” como Vicente vio con la determinación que se lo dijo además que ya la conocía, se llevo a la chica ó mejor dicho a la mujer a la pensión del pueblo, hasta que a los dos días se la volvió a bajar para Sevilla.
A Vicente le iba muy bien con el camión, había vendido el viejo y se compro uno casi nuevo y entonces podía hacer más viajes en los cuales se llevaba a Borja porque ya tenía catorce años y decía que tenía que trabajar, le hacía pasar toda clase de barbaridades, como en pleno invierno dejarlo en el camión mientras el pasaba la noche en una posada del camino y cosas por el estilo , todo para que no le contara nada a su madre .hasta que Borja cumplió los quince años y le dijo a su madre que él quería meterse en un seminario para ser cura, a Maruja no le disgustaba la idea porque aparte de ser creyente a su manera así alejaría a su hijo de su padre y ella tendría algo más de paz.
Cuando Maruja se lo conto a su marido que el chiquillo se quería meter en un seminario, Vicente estalló de ira, la discusión fue terrible, los gritos se oyeron por todo el pueblo y fue tajante  “este no se mete a cura porque no me sale de los huevos”.
Maruja como buena mujer inteligente sabia que en esos momentos no se podía hacer nada, pero como mujer supo poco a poco de convencerlo para que Borja fuese al seminario.
Como Vicente se iba largas temporadas con el camión y Borja estaba en el seminario, ella estaba pasando unos meses muy tranquilos, menos cuando él regresaba con el camión y la pelea estaba servida porque como se emborrachaba le contaba a ella lo que hacía por esos pueblos y las novias que tenia, en el fondo a Maruja le daba igual ya que hacía tiempo que dejó de quererlo y hacia meses y meses que no hacían uso del matrimonio. Así transcurrió un año hasta que del seminario mandaron llamar a Maruja y Vicente, cuando llegaron allí el prior de los frailes les recibió para contarle que estaban muy contentos con su hijo y que Borja tenía vocación de sacerdote y que para ello tenían que contribuir ellos económicamente.
Vicente al oír eso se levanto de la silla y dijo “vámonos, donde está el chiquillo” “traiga a Borja que nosotros no podemos dar dinero” el prior se percato de lo rudo que era y no osó discutir
con él, con gran disgusto Borja volvió con sus padres al pueblo.
La situación familiar empeoró ya que las discusiones eran constantes cuando estaban todos en casa y si Vicente se llevaba a Borja en el camión quería presentarle a sus queridas y hacer de él un hombre según pensaba él, luego Borja se lo contaba todo a su madre y ya estaba la pelea segura, hasta que un día que Borja no fue con su padre se presento Vicente tres días después con una señora en casa otra vez. Maruja no se lo pensó dos veces le dijo a su marido
“nos vamos” “no intentes seguirnos que te corto los huevos” Vicente se acobardó al ver la forma en que Maruja se lo dijo y no hizo nada, así que cogieron el autobús para Carcagente, un pueblo de la ribera valenciana donde ella tenía una amiga y se instalaron en el piso de enfrente de donde vivía su amiga.
Era el tiempo de la recogida de la naranja así que Maruja se puso enseguida a trabajar en un almacén de naranjas y Borja de repartidor de bebidas y hielo por las casas.
En el almacén trabajaban como esclavas de sol a sol y Maruja vio que eso era inhumano y como no podía con las injusticias, reunió a todas las  mujeres del almacén y les dijo que así no podían seguir que tenían que tener sus derechos, como una hora para comer y poder ir al baño cuando lo necesitaran, todas estaban de acuerdo pero ninguna tenía valor para ir cara al encargado y planteárselo así que no tuvo más remedio que ser ella la que fuera, increíblemente el encargado acepto las demandas pero Maruja pensaba, que seguro la echarían pero no fue así, continuo trabajando y al día siguiente pasó por su lado el jefe y le susurro “así me gustan a mí las mujeres, valientes” ella le sonrió.
Vicente se presento en varias ocasiones en casa de ella para rogarle que volviera pero ella siempre le decía lo mismo “jamás volveré contigo, la dueña de mi vida soy yo”
La amiga de Maruja que vivía enfrente tuvo un accidente de coche con su marido y murió dejando tres niñas pequeñas, entonces Maruja se hizo cargo de ellas y estaba todo el tiempo en esa casa con las niñas y el marido de su amiga y sucedió que a ella le gusto ese hombre y comenzaron a vivir juntos.
Borja que ya tenía los dieciocho años recién cumplidos fue llamado a filas al ejercito lo que se llamaba la mili y fue destinado a un pueblo del norte de Valencia, le asignaron ser chofer del capitán , y se pasaba más tiempo en casa del capitán que en el cuartel, entonces la mili duraba dos años y por lo menos una vez al mes Borja iba a ver a su madre, no le gustaba el hombre con el que se había juntado pero como eso era lo que ella quería no le dijo nada y así transcurrieron los dos años y Borja volvió a su casa con su madre en Carcagente.
Borja no estaba a gusto en casa de su madre con el fulano ese, y aprovecho que su pandilla de amigos se iban a Suiza, era el final de la década de los cincuenta, cuando le dijo a su madre que se  marchaba  al extranjero a ella no le gustó pero comprendió que él tenía que hacer su vida. Maruja continuó con Pepe (así se llamaba el fulano) pero ya, las relaciones no eran las mismas porque descubrió que este también la engañaba con otra mujer.
Un día se plantó ante él y le dijo “ me voy con mi hijo a Suiza” “ tú no puedes dejarme ¿Qué voy a hacer yo con las chiquillas solo” “ a ver pensado eso antes con la cabeza de arriba y no con la de abajo” él levanto la mano para darle un guantazo a ella pero ella se cruzó delante de él y le dijo “ “ si se te ocurre pegarme, que sepas que cuando estés durmiendo te corto los huevos” él bajó la mano y salió de la casa.
A los dos días Maruja agarró el autobús hacia Ginebra, donde estaba viviendo su hijo.
Mientras iba en el autobús Maruja repasó toda su vida, no se arrepentía de nada, porque siempre había tomado las decisiones con el corazón.
Borja estaba en el almacén trabajando cuando le llevaron un telegrama de España, se extraño mucho y lo abrió tembloroso, comenzando a leer “Señor Borja Roig, lamentamos comunicarle que su madre es una de las víctimas del accidente de autobús ocurrido en  Amposta, rogamos su pronta presencia etc., etc., etc.”.
Dos lágrimas rodaron por su rostro en honor de su madre y de la persona más luchadora que había conocido “Adéu mare”.