viernes, 29 de enero de 2016

DUCADOS, MAHOU, CARAJILLOS

Si nos parásemos seriamente a pensar lo que es la vida, yo creo que actuaríamos de otra forma, seriamos menos egoístas, veríamos al prójimo como a un amigo y no como un enemigo, porque la vida es un instante, somos un grano de arena de cualquier playa y además somos enormemente frágiles porque un simple virus nos mata y los Dioses con un simple chasquido nos llaman.
Solo nos hacemos grandes cuando nos tocan el corazón, ahí si somos capaces de luchar contra todos y contra todo, algunas personas anteponemos el amor a cualquier cosa del mundo, simplemente porque es nuestra forma de entender el mundo, así como dicen que un padre nunca debería de vivir más que un hijo, creo que no hay mayor dolor que enterrar a tu amor, porque cuando dos personas se aman tanto que son una única persona no debería sobrevivir uno al otro.
Eva hacia meses que no se encontraba bien, pero era reacia a ir al médico (nunca le gustaron los médicos) hasta que un día el cansancio era demasiado evidente y el dolor del costado se hizo mayor, me la lleve al hospital directamente y cada día le hacían una prueba distinta porque decían que no encontraban lo que tenia, a la semana de estar ingresada el médico me dijo que había que operarla y ver lo que había dentro porque con todas las pruebas que le habían hecho no conseguían nada, me dijo que tampoco tenía mucha importancia porque era solo abrirla y ver .
Al otro día a las tres de la tarde la metían en quirófano, iba tranquila, no sabía que entraba al infierno, pasaban las horas y yo cada vez más preocupado, le preguntaba a quién saliera del quirófano pero nadie me quería decir nada, a las ocho de la tarde salió el jefe de los cirujanos preguntando por mi “usted es su marido?” “su compañero”
“bueno da igual, la señora la hemos abierto y nos hemos encontrado lo peor que nos podíamos encontrar, un tumo de páncreas del tamaño de una pelota de jugar al balonmano, además como es diabética hemos tenido muchos problemas para que dejara de sangrar, de hecho casi se nos queda en la mesa de operaciones, ahora la pasaran a la UCI,  saldrá la enfermera y le explicara todo lo de los horarios de visita y demás” “pero doctor como no se lo han detectado antes de que se hiciera tan grande el cáncer” “porque ha tenido la mala suerte de que le tocara el peor tumor que hay, el de páncreas, que es muy difícil de detectar, la mayoría de las veces se detecta cuando ya no hay remedio, hoy por hoy es el tumor más agresivo que hay” “siento mucho darle esta mala noticia” “ gracias doctor” me estuve conteniendo hasta que llegué a uno de los wáteres de la planta y me puse a llorar desesperadamente como un niño, yo les entregué una persona , el amor de mi vida y ellos me entregaban un cadáver prácticamente, renegué de Dios, de la vida, de todo, esa noche en casa no pude dormir, solo fumar un ducados tras otro y llorar repasando toda nuestra vida en común.
La vida me terminaba de mostrar su cara más horripilante, todo se vino abajo, sueños, ilusiones, proyectos ya nada tenía valor, a partir de ahora todo seria vivir para cuidarla porque yo le dije a los médicos que no le dijeran nada hasta que no tuvieran más remedio que decirle la verdad y me dijeron que si ella les preguntaban por la vedad no tendrían más remedio que decírselo, pero con lo decírselo por lo menos le evité tres meses de agonía y desesperación porque que te digan que te vas a morir en un par de meses como mucho, eso es morir desde ese momento.
Yo me pasaba los días y las noches sentado en un pequeño sofá que estaba enfrente de la cama del dormitorio así ella si necesitaba algo solo tenía que levantar la mano, porque cada vez hablaba menos y rezaba más yo creo que su religiosidad le ayudó  mucho a soportar el calvario.
A los dos meses la lleve al hospital porque se puso peor y después de estar una semana ingresada los médicos me dijeron que como no tenía remedio que no hacía falta que la volviera a llevar y que había una unidad que llamaban extra hospitalaria  que se dedicaban a los enfermos terminales ir a sus casas cada día a  hacerles una visita y un seguimiento de cómo iban y que ya al día siguiente se presentarían en casa para ponerme al corriente de todo ello.
Nadie que no haya pasado por una situación como la mía no puede llegar a comprender el inmenso dolor que te produce el ver como tu amor se va día a día deteriorando físicamente y la mente la tiene perfecta y te hace preguntas que tú tienes que pensarlas muy bien porque no quieres que se entere.
Al principio llevarla al wáter era relativamente sencillo pero poco a poco se convirtió en una ardua tarea y ducharla me tuve que ingeniar una silla que ella pudiera sentarse para así ducharla y después peinarla sentada en el patio para que le diera un poco el sol y siempre tratando de no mirarla a la cara para que no me viera los ojos rojos de tanto llorar. Me pasaba el día llorando, fumando y tomando cerveza Mahou, pero no para emborracharme si no porque estaba fresca y era lo único que te apetecía tomar.
Efectivamente al otro día se presentó en casa el jefe de la susodicha unidad y me estuvo poniendo al corriente de todo “ella puede fallecer en cualquier momento y usted tiene que estar preparado dentro de lo que cabe porque ya sabemos que no es fácil, la medicación se la tiene que dar usted todos los días y al día siguiente un compañero vendrá y mirará como está ella y lo que usted ha apuntado en unos papeles que le dejaré después, ¿una pregunta? ¿Usted sabe poner inyecciones?”              “Si doctor, desde bien joven tuve que saber  aprender por mi madre que siempre estaba enferma” “se lo digo porque tendrá que inyectarle la morfina para que no le duela, aunque ella le diga que no, usted tiene que ponérsela”.
Cuando se marchó el doctor me subí corriendo al estudio a llorar para que no me oyera porque no tenía ningún hombro donde apoyarme a llorar desesperadamente.
Al bajar me pregunto “¿Qué te ha dicho el médico?” que ahora voy a ser yo tu médico.
“¿Y eso?” “pues porque te daré la medicación y te pondré yo también la morfina y todos los días vendrá el médico a ver cómo vas” no dijo nada más pero yo sé que ya sospechaba que la estaba mintiendo.
Lo peor que yo llevaba era ponerle la morfina porque me decía “cariño me estas matando” y moralmente me derrumbaba porque hacía sentir que era verdad, pero no era así, era para que no tuviese dolores, pero en mi interior yo sentía como ella porque yo la morfina la tenia asociada a la muerte, muchas veces tenía que salir del dormitorio deprisa porque las lágrimas me salían solas, era horrible.
Eva tenía un hijo de su marido que vivía en EEUU al cual yo lo mantenía al tanto de cómo iba todo lo de su madre, tenía un buen puesto de trabajo en Los Ángeles, por eso yo no le dije que viniera pero cuando faltaba dos meses para el desenlace yo ya no podía aguantar más, era demasiado dolor y sufrimiento para mí solo.
Una noche llame por teléfono a Luis para decirle que su madre ya estaba muy mal y que debería de venirse si quería verla aún con vida, él me contestó que en cuanto encontrara billete se venía y efectivamente a los tres días fui a por él al aeropuerto y lo advertí “tu madre está muy mal, no la vas a reconocer, pero no debe de verte que haces ningún gesto de extrañeza”” vale no te preocupes”.
Cuando llegamos a casa se abrazaron y besaron y estaban los dos muy contentos, pero en cuanto Luis pudo salir del dormitorio y entró en la cocina se me echó a llorar como un niño “esta no es mi madre, está hecha un esqueleto, no se parece en nada a ella” le hice un carajillo y estuvimos casi toda la noche hablando, sobretodo de cómo decirle la verdad porque ya era evidente la degradación física y que ya no podía ir ni al servicio y yo tenía que lavarla en la cama.
A los dos días vino una doctora a visitarla y cuando salió al comedor nos dijo “miren, ya es imposible continuar sin decirle la verdad, ella está viendo el deterioro y que tiene el derecho de saberlo” era una mujer con una dulzura increíble en la voz y en su forma de expresarse, Luis y yo nos miramos y dijimos “vale, vamos a contarla la verdad” entramos otra vez los tres en el dormitorio y la doctora se sentó al lado de ella “Eva, usted se estará preguntando qué es lo que tiene ¿vedad? Ya lo sé” dijo ella, “su familia no han querido que usted lo supiera antes, porque usted tiene un tumor de páncreas enorme y por desgracia sin solución” “cuanto me queda de vida” se limito ella solo a decir “eso no se lo puedo decir porque no lo sé, puede ser mañana, una semana, un mes ojalá se supiera eso”.
Me impresionó enormemente la resignación con la que acepto que se estaba muriendo, no dijo nada no movió un solo musculo de su cara, solo se giró un momento para mirarme, un instante donde sin decir nada me dijo ¡¡tantas cosas¡¡ y por la tarde cuando estaba acostada y yo me eché en la cama a su lado, cosa que hacia siempre que podía, se giró y me dijo “pobre mío, cuanto vas a sufrir” me aguanté como pude y me fui como siempre a llorar a la cocina, tomando un carajillo y ducados va y viene.
Quince días antes de fallecer estábamos Luis y yo en la cocina hablando sobre la forma de vivir de los norteamericanos, cuando se paro y dijo “he descubierto una cosa que nunca lo hubiera creído posible” “¿el qué?”Que el ser humano puede subsistir sin comer, solo con ducados, mahou y carajillos es suficiente” “pues llevas razón, no lo había pensado pero es cierto porque desde que has venido solo hemos tomado eso” y una pequeña sonrisa se esbozó al cabo de los meses en esa casa.
Unos días antes del fatal desenlace me dijo, estando yo acostado a su lado en la cama “cariño, me voy llena de amor, plena de paz y amor””gracias mi vida” es lo único que pude decir porque me eché a llorar con toda la amargura del mundo.
Fue un maldito viernes del mes de Mayo lluvioso como hacia treinta años que no se conocía por estas tierras cuando Dios la llamó a su lado para que alegrara el cielo, tal como lo había hecho toda su vida aquí en la tierra.
Hasta el cielo lloró su marcha, por eso desde entonces no me gustan nada los días nublados ó lluviosos, la depresión aumenta, la tristeza se hace más evidente.
Un amor tan profundo no muere nunca, con el tiempo el dolor se hace algo más llevadero pero su imagen siempre la tienes presente, a veces te descubres tu mismo hablándole, otras veces le hablas conscientemente porque para ti sigue contigo y además lo sabes porque hueles su olor, igual me pasa con mi madre, también sé cuando está a mi lado por su olor.
Aún con los años pasados cuando me levanto por las noches lo hago despacito para no despertarla y cuando me doy cuenta “seré tonto, si estoy solo”.
En los primeros tiempos la gente me decía “¿no te da miedo dormir donde ella murió?” y yo les contestaba que al revés que me sentía arropado, abrazado por ella, me sentía como un niño que se siente protegido solo porque su padre está durmiendo en la casa.
Me está costando un dolor increíble escribir este relato, pero tenía que hacerlo, por ella y por mí, quizás también para que la gente comprenda mucho de lo que escribo, porque lo que escribo es mi vida, para lo bueno y para lo malo.
Ahora yo hago una pregunta “¿se puede AMAR, más de una vez en esta vida?”No querer ó desear, eso ya lo sé que si se puede conseguir más de una vez en la vida, pero AMAR.
Ese veintitrés de Mayo del dos mil ocho un dios rencoroso me la arrebató para demostrar quizás quién es el que manda.
Ese día el fin de los tiempos llegó.

                                                                      Lo siento cariño


                                                                                            


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