Sentado
a la sombra del eucaliptus en el patio de la residencia, a la espera de que la
enfermera venga para entrarlo a tomar la merienda, Don Guzmán estaba absorto
como todos los días en recordar su vida, pensando en qué había fallado en la
educación de su hijo Roberto, le dio los
mejores colegios, quiso hacer de él un hombre de carácter, porque Don Guzmán
entendía que los hombres tenían que ser así.
Y
consiguió todo lo contrario, que su hijo fuese un niño enmadrado, siempre estaba
bajo las faldas de su madre, que decimos nosotros, su padre lo quería meter en
la universidad porque una profesora de allí era su hermana, pero cuando fue a
verla, se lo dijo claro “Guzmán abre los ojos, yo comprendo que quieras que
Roberto estudie, pero tú sabes como yo , que no sirve para estudiar, yo pienso
que tendría que entrar en una academia privada y yo le ayudaría como hasta
ahora y ver hasta dónde puede llegar”.
Guzmán
y su familia pertenecían a la pequeña burguesía de una pequeña capital de provincia,
en concreto Jaén, por supuesto todos se conocían porque eran muy pocas familias
y menos aún los locales que tenían para reunirse, ellas para ¡¡desollar¡¡ a la
que faltara y ellos para quejarse de cómo estaba cambiando el régimen.
Don
Guzmán tenía dos hijos más pero ellos eran mayores que Roberto y ya estaban
terminando sus carreras universitarias, de ellos no se preocupaba, porque sabía
que ellos podrían continuar con los negocios familiares, pero Roberto era su
fracaso desde que era pequeño, porque Don Guzmán no se acordaba de lo que había
cenado pero de los tiempos pasados se recordaba perfectamente.
Roberto
iba muy poco a ver a su padre a la residencia, entre la falta de empatía de los
dos y que siempre terminaban peleados, los otros dos hermanos solo iban a verlo
el día de su cumpleaños y en Navidad, para Don Guzmán eso era normal ellos
estaban muy atareados con los negocios, siempre les defendía frente a Roberto
cuando él le preguntaba por sus hermanos.
A
los pocos meses llamaron de la residencia para decirles que su padre estaba muy
mal, enseguida acudieron los tres hermanos pero por la noche solo se quedó
Roberto, en un momento que se estaba durmiendo su padre le agarró de la mano y
le dijo “¿estás despierto?” “si padre ¿necesitas algo?” “si, hablar contigo,
perdóname por tratarte con dureza pero es que quería lo mejor para ti, porque
tú eres lo que más quiero en este mundo, tú eres hijo del amor” “ no te
comprendo padre” “ veras hijo, tú no eres hijo de tú madre, eres hijo mío y de
Carmela, la mujer que más he amado en este mundo y que por mi cobardía sufrió
tanto la pobre, falleció en el parto y yo te traje a casa y le dije a tú madre
que en la pensión donde me hospedaba, una chica de la vida tubo un bebé y que
nadie lo quería, así que como buen cristiano te recogí y te llevé a casa, a tú
madre le dije que te criaríamos como si fueras hijo nuestro y ella dijo que si,
ahora ya sabes la verdad “Roberto se quedó pensativo, frio, toda su vida había
sido una mentira, de pronto se enteró que él no era quién él creía, al amanecer
de ese día su padre falleció, antes Roberto le había preguntado “padre ¿Quién
sabe mi historia?””Solo tú, hijo”.
A
los pocos meses Roberto se cambió de academia, se fue a otra en Granada, ya no
se sentía a gusto en su casa, algo en su interior le decía que no era igual que
ellos.
Entre
la pandilla de amigos y amigas de la academia estaba Maruchi, una chica guapa,
hija de una famosa familia de Granada que solo tenían eso ¡¡fama¡¡ porque
dineros no tenían ni una peseta, a él le gustaba aunque fuese un poquito loca ó
despistada y a ella también le hacía tilín
él.
Se
casaron nada más terminar ella la academia, fueron de viaje de novios a Paris,
no porque tuvieran dineros si no por el qué dirán de los de su clase, porque
esa gente vivía de las apariencias. En Jaén ella puso una academia y él vivía
de los dineros que tenían que pasarles sus hermanos, porque así lo dejo escrito
su padre.
Enseguida
tuvieron el primer hijo, lo llamaron Juan Antonio, como el padre de ella y a
los tres años tuvieron a David. Todo transcurría normal hasta que un día cuando
David ya tenía diez años la llamaron a ella del colegio, su hijo se había
desmayado y durante los días siguientes continuó desmayándose y siempre tenía
unos dolores de cabeza terribles el pobre crio.
Fueron
con él a todos los médicos de la provincia
hasta que uno de Jaén les dijo que porque no lo llevaban a Madrid, allí
había muy buenos especialistas y mejores medios técnicos y así lo hicieron.
Lo
llevaron a un famoso neurólogo que les dijo que no se hicieran muchas ilusiones
que por lo que había visto hasta entonces la cosa no pintaba bien, pero que
para hacer la prueba definitiva necesitaba hacerle una prueba de ADN a los dos
padres para descartar que fuera algo genético, Roberto dijo que sí, que lo que
hiciera falta, Maruchi se puso blanca y dijo “pero si es muy pequeño para
tantas pruebas” “además en mi familia nunca ha habido nadie malo de la cabeza””¿sucede
algo?” le preguntó el médico, ella se vio acorralada “no, nada doctor, es que
lo veo tan pequeño” “eso no tiene nada que ver con la edad, además es indoloro,
es solo extraer un poco de saliva de cada uno”.
A
los tres días el médico los llamó a su despacho” vamos a ver señores, lo que se
diga en esta habitación aquí se quedará, las pruebas no han servido de mucho”
“porque doctor, no se han hecho bien?”” no, señor Roberto y perdone por la
franqueza, pero usted no es el padre del niño” eso lo dijo mirando a Maruchi
que acacho la cabeza “ahora lo importante es que operemos cuanto antes del tumor
al chaval porque el tiempo corre en contra nuestra””necesito que me firmen los
dos los papeles para poder proceder a la operación” sin mirarse a la cara
Roberto y Maruchi firmaron los documentos “¿Cuándo será la operación doctor?”
pregunto Roberto, “esta misma tarde”.
“Roberto
siento mucho que te hayas enterado así””tú y yo ya hablaremos, ahora lo que
importa es David”.
La
operación salió bien, le extrajeron el tumor pero el doctor les advirtió que
los ataques espontáneos de
desfallecimiento los seguiría teniendo de momento hasta ver la medicación que
efecto le hacía y que aún tendría que estar un par de semanas ingresado y luego
revisiones mensuales.
Roberto
salió fuera del hospital a fumarse un cigarrillo, Maruchi iba con él “¿desde cuándo
fumas?””Desde hoy”” ¿quién es el padre de mi hijo?””No es de aquí, no te preocupes que no lo conoces”” ¿tú crees
que me merezco esto?” “¿tan mal me he portado contigo?””no Roberto, tú eres una
buena persona y te quiero mucho, pero fue un día en Roma, que se me juntaron muchas cosas, el día anterior discutimos tu y
yo, estaba baja de moral y el destino hizo que me encontrara por casualidad con
Francesco, un amigo que estudió conmigo en Granada, bebimos recordamos el
pasado, ya sabes una cosa te lleva a otra, pero te juro que solo te he sido
infiel en esa ocasión, estuve a punto de contártelo pero tuve miedo de que te
enfadaras y me dejaras, además nunca creí que me quedara embarazada ¿Me
perdonas?” “qué más da, David lo he criado como mi hijo y así lo considero porque
no es padre el que pone el espermatozoide si no el que cría con amor y yo
quiero mucho a David “mientras decía esto Roberto estaba pensando en su propia
historia “y una cosa te digo, nunca más volveremos a hablar de este tema””lo
que tu digas Roberto”.
A
las dos semanas se llevaron a David a Jaén y comenzaron la rutina de la vida
diaria pero eso sí, cada uno durmiendo en un dormitorio, ella le dijo a su
hermana que era porque Roberto roncaba mucho y no la dejaba dormir. ante todo
el mundo hacían como que nada pasaba pero cuando estaban solos apenas se
hablaban, además se veían poco porque ella pasaba el día en las caballerizas de
unos conocidos porque estaba loca con los caballos y así fueron pasando los
años hasta que un día ella recibió una carta de Italia, enseguida calculó de
quién era, subió corriendo a la buhardilla a leerla porque estaba muy nerviosa:
querida Maruchi perdona por escribirte a tú casa pero es la única dirección que
he conseguido, todos los días me acuerdo de ti, de tú hermoso cuerpo, de tú
piel tan fina, me gustaría volver a verte ya que dentro de dos semanas voy a Sevilla,
la empresa me manda allí a un congreso, me harías el hombre más feliz del mundo
si pudiera verte, te dejo mi e-mail para poder estar en contacto, si tu quieres
claro, il tuo Francesco.
Maruchi
se quedó alucinada, no podía creerlo, después de tantos años Francesco aún
quería verla y ella tenía que contarle que David era hijo suyo, ella pensaba
que tenía derecho a saberlo, sabía que ella misma se estaba mintiendo porque
las mariposas del estomago contradecían lo que pensaba, pero como hacerlo, como
ir a Sevilla un par de días, la solución
se la dio su hermana a la que llamo enseguida para contárselo “no te preocupes”
le dijo la hermana “yo voy contigo y le dices a Roberto que vamos a comprarnos
ropa”.
Y
así lo hicieron, un martes se fueron en el coche de la hermana, Maruchi ya
había contactado por e-mail con Francesco y habían quedado en el mismo hotel,
lo planearon todo muy bien “parecemos a Thelma y Louise en busca de la
libertad” “¡¡ay¡¡ calla Maruchi que esa película termina muy mal”.
Ellas
salieron por la mañana para Sevilla y al mediodía Roberto recibió una llamada del
colegio de David diciéndole que se había puesto enfermo y como no reaccionaba
llamaron a una ambulancia y se lo habían
llevado al hospital.
Cuando
Roberto llegó el doctor le dijo que estaba muy mal porque el tumor había hecho metástasis
por todo su cerebro y que podía irse en cualquier momento, Roberto telefoneo
enseguida a Maruchi y se lo contó todo, ella le dijo que hasta la noche no
llegaría, él se quedo asombrado de que no agarrase el coche enseguida y de la
actitud de ella colgando enseguida el móvil, pero es que justo en ese momento
ella tenía a su Francesco encima y no quería que su marido la notara rara.
A
las once de la noche llegaron las hermanas al hospital al no ver a Roberto
Maruchi lo llamo “¿Roberto donde estás no te veo por el hospital?””Vente para
casa, David falleció a las siete de la tarde “Maruchi casi se desmaya” yo
quiero verlo” “¿ahora? Vente para acá” cuando ella llegó llorando se abrazó a
él pero él no la abrazó, tenía los ojos llenos de lágrimas “mañana por la tarde
lo entierran, en el panteón con mi padre”.
La
noche la pasaron con los familiares que iban llegando conforme se enteraban y
amigos también, por la mañana Roberto le dijo a ella “salgo, tardaré sobre una hora
“ella asintió con la cabeza. A las cinco de la tarde comenzó la misa por el
pobre David y después lo llevaron al panteón familiar.
Cuando
se quedaron ellos dos solos en casa Roberto comenzó a hacer las maletas” ¿Qué
haces, te vas?”Si”” ¿pero a donde, no me puedes dejar así Roberto y tienes otro
hijo, recuerdas?”Precisamente con él me voy, alquilaré un piso y así no tendré
que pagarle el colegio mayor que me vale tantísimo, cuando salía por el pasillo
de la casa con la maleta, Roberto le entregó un papel, mientras sonaba la
puerta al cerrarse ella leia: extracto bancario, reserva para tres personas en
el hotel Gran Meliá Colon de Sevilla, entonces Maruchi comprendió él porque él
se había ausentado del funeral.
No
soy yo quién para juzgar a nadie pero lo que siempre he tenido claro que no
todas las madres son iguales, ni quieren igual a sus chavales.
Maruchi
intento ponerse en contacto con Francesco por e-mail, por el móvil que le dijo
por todos los medios y como no conseguía nada contrató un detective que solo
tardo una semana en darle los resultados de su investigación “señora” le dijo
por el móvil “este señor Francesco está casado, tiene una hija y regenta un bar
de alterne con otro socio, es conoc,,,,,,,,,,
el móvil se le cayó de las manos y se mareó sobre la cama.
El
pasado siempre vuelve y muchas veces para destrozarnos la vida y casi siempre
el corazón que es peor.
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