En
la vida
No
siempre acertamos
Con
nuestras falsas decisiones.
Hoy,
te echo hija
Tantísimo
de menos,
Que
muero solo por tenerte.
Perdona
mi cobardía
Mi
orgullo, mi falta de cerebro
En
mi vejez, te amo sin haberte visto.
Tus
ojos, hijo mío
Hubieran
sido esos luceros
Que
me hubiesen conducido al paraíso.
Sostener
una cosita
Tan
pequeñita, carne de mi carne
Y
darle todo mí amor guardado del mundo.
Vivir
tú primera
Sonrisa,
tus primeras lágrimas
Tus
primeros pasos, tú primera palabra.
Jugar
contigo
En
el parque y protegerte
De
todo mal que pudiera sucederte.
En
la vida
Aprendemos
demasiado tarde
Y
yo ahora, añoro la palabra, padre.
AMA Al hijo que nunca
tendré…
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