Tus manos, acarician
mi cuerpo desnudo
Provocando la
explosión del volcán humano
Tus labios, se
sumergen en mis labios
Llenando de
sensualidad, los grandes ríos
Tu silueta, esbelta
figura, tallada por Fidias
Apresada en mis brazos,
derritiéndola de caricias
Tus senos, la mejor
expresión de la Vía Láctea
Duros, intensos,
siempre dispuestos a la alabanza
Tu trasero, que me
vuelve loco con sus formas perfectas
Porque son dos
manzanas duras y a la vez jugosas
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