Soy
un pobre humano, herido de la muerte
Y
no puedo vivir sin saber de ti
Igual
que la flor para su colibrí,
Nos
sientan juntos en el feo comedor.
Siempre
estamos cogidos de las manos
Tus
sonrisas pertenecen solo a mí
Y
mis besos quieren siempre repetir
Damos
envidia porque nos amamos.
Eres
luchadora como una madre
Amiga, confidente como hermana
Y
guerrera ante la vida y la muerte.
Y
recuerda ¡¡cuánto amamos¡¡ María
Si
vienes el viernes a portar flores