Siempre,
a última hora
Me
has salvado
Cuando
más desesperado estaba
Nunca
me has dejado.
Desde,
la primera vez que te
Vi,
en la catedral
No
sé cómo y porqué, pero supe
Me
ayudarías hasta el final.
No
te sentó mal que te llamara
Hermano,
mirándote
Hasta
intuí que me decías con la mirada
¡¡Llévame
de esta cárcel¡¡
Se
te notaba a disgusto, en la capilla
De
oro en que te encerraron,
Totalmente
en discordancia de lo que
Tú,
predicaste antaño.
Parecerá
extraño, que un agnóstico
Te
llame Hermano,
Pero
Tú y yo sabemos que no
Porque
somos, dos seres humanos.
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