Dos pobres hermanos,
se miran
intentando ocultarse
el miedo, uno a otro
mientras subían al
autobús, por primera vez,
salían a descubrir el
mundo
era, la famosa
diáspora andaluza.
Al más joven le
faltaban ojos para observar
el paisaje, los
pueblos por donde pasaban,
la chica algo más
mayor, intentaba controlar
la comida, las
bolsas, que faltan después harían
cuando comenzasen las
curvas del Jardín.
El autobús paró en un
pueblo a comer
ellos, no se separaron del bus, por si se
marchaba
sin ellos dos¡¡lo que
hace la ignorancia¡¡
La entrada a
Valencia, con sus grandes avenidas
les parecieron que
acababan de llegar a otro mundo.
Como dos gacelas
asustadas, acechadas por el león
llegaron a donde sus tíos
trabajaban de porteros,
el recibimiento que
tuvieron no fue frio, fue congelado
y más cuando le
dijeron a su tío, que no venían de visita,
que venían a buscar
trabajo, su reacción fue iracunda.
Pero con dieciocho y
catorce años, se enfrentaron a la situación
al otro día, los dos
hermanos salieron a buscar trabajo,
no sé cómo llamarlo,
Providencia, Dios, suerte ó determinación
pero ese mismo día,
los dos hermanos juntos encontraron
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