En toda mi triste
vida
Jamás he tenido a
nadie envidia
Ni conozco el egoísmo
Y solamente admiro
A la persona que
siempre ha vivido
Tratando de no dañar
También me gustan
Los besos que se dan
con el corazón
Y las miradas amadas
Quiero, como añoro
Un paseo descalzos a
la orilla del mar
Asidos de las manos
Me dan tanto miedo
Pero me encantan, los
corales de tu piel
Entre mis pobres
dedos
En toda mi triste
vida
He buscado
desesperado, agua en el océano
No hay comentarios:
Publicar un comentario