Al grande de Jehová, Dios, Alláh
le ha caído a
propósito una perla,
con rostro de nácar,
de felicidad
mi amor la quiso,
antes de verla.
Su llegada significó ya, mi salida
y acepto este bofetón
de la vida,
porque mirándola, su
fragilidad
se perdona, incluso
la soledad.
Primero, la felicidad
de los niños
que son el futuro más
inmediato,
aunque pague el
precio sin cariños.
Con su carita de algodón
blanquito
siempre alegre,
haciendo sus guiños,
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