No oyes el ladrar de
mi conciencia
Son aullidos de dolor
y pena
Gritando a la nada,
tu nombre
Olvidando mi orgullo
de hombre
Pero la nada, me
devuelve el silencio
Negro, sombrio, mudo
y mortecino
No me resigno a
perderte
Pero ya hace, que te
marchaste
¿Cómo olvidar?
¿Cómo continuar?
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