sábado, 22 de febrero de 2014

VEINTICINCO


Escribo desde el corazón

A un Dios rencoroso

Que se llevo mi vida

Dejándome esta mortal herida

Después de construir un universo

Lo destruiste todo en un momento

Veinticinco años, que se dice pronto

Donde caben momentos sublimes y amargos

Daría mi vida, solo por cogerte de la mano

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