domingo, 9 de febrero de 2014

TETUÄN


El muchacho, estaba sentado solo

La cafetería Paris estaba plena

Sus grandes ojos solo miraban

A cualquier potenciar cliente

Pero siempre, que fuera de occidente

Era su manera de salir adelante

Él prefería a hombres mayores

Era más fácil impresionarles

Lo habían aleccionado los profesionales

No le gustaba la vida que llevaba

Pero el hambre, derribó su muralla

Las calles de Tetuán eran su casa

Hasta que un día sucedió

Algo que tenía que haber prevenido

El sida, no perdona ni a Dios








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