He de acostumbrarme,
a no nombrarte
A no oír más tus
tacones por la noche
Déjame hablarte
despacio, sin decirte
Que fui el
único, que sació tu hambre
Y dejar ya, de ver tu
rostro en el espejo
Tener un solo cepillo
colgado en el baño
E Inventar un nuevo
horizonte sin daño
Donde tú seas el
trago de veneno añejo
Yo fui el único
(creía) que levanto tu ropa
Que bañó tú lindo
cuerpo de espuma roja
El olor de tu cuerpo,
hace que me sobrecoja
Pero perdí el juego
de la margarita deshoja
Como se agarra el aire
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