Con solo nueve años,
fue a llevarle
Un poco de caldo
caliente, a su madre
Los clientes de su
madre, se reían
De verlo más pequeño
de lo normal
Cuando un cliente
llegaba a su casa
Su madre lo mandaba,
al piso de arriba
Él se sentaba
acurrucado en un rincón
Con las manos
tapándose los oídos tras el sillón
Muchas noches su
madre se iba a “trabajar”
Sin dejarle nada de
comer, a acostarse sin rechistar
Evaristo se hizo
hombre y dejo de pensar
En su familia, porque
nieto de puta, hijo de puta
Y cuando unos
gitanos, mataron a su madre
Lo recogió su tío
maricón, para sus dineros quitarle
El pobre Evaristo,
pasó por esta vida
Sin saber ni tener
jamás una sonrisa
No hay comentarios:
Publicar un comentario