sábado, 5 de julio de 2014

DESPERTAD


Y un día al despertar

Estarán todos, junto a mi pobre cama

La abuela ya con vista

Mi padre, tocando como Santo Tomás


La “ma” siempre llorando

De ver a su hijo predilecto acostado

Y sobre todo mi amor

Diciéndome “tete, ya estamos todos”


Cuantas veces lo soñé

Sobre todo al principio de mi hecatombe

 Cuantas veces los llamé

Nunca recibí respuesta, por eso agnostiqué


La llamada a grito silencioso

Las lágrimas se secan en el mar glorioso

Pero nadie respondió

Solo espero, verlos a los pies de mi entierro





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