Tengo, una espina
clavada en mi alma
de color tan rojo,
como nuestra pasión
y que sufre de
pensar, cuanto te amaba
antes de que perdiéramos
la gran ocasión
Tengo, mil veces ya perdida,
nuestra luna
avergonzada de
aquella triste decisión
que tomaste, de la
palabra tan desnuda
de tu sombra, apoyada
en mi expresión
Tengo, tu memoria
como una columna
de mármol rosa,
agrietada por la eclosión
y tu sola palabra
siempre tan inoportuna
Tengo, un hilo de soñar
en la recuperación
No de tu amor, si no,
de mi sola persona
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