viernes, 10 de enero de 2014

un cuento para todas las anas del mundo


En lo mas profundo de la olvidada Andalucía, estaba un hombre sentado en la entrada de una vieja casa y con la mirada perdida en el horizonte, dos lagrimas se deslizaban por su cansado rostro, su sobrina Ana que estaba cerca jugando se le acerca y le dice: ¿tito porque lloras? Porque me acuerdo de una persona que conocí, le responde, Ana le coje la arrugada mano; ¿vamos a caminar? Él asiente con la cabeza y se incorpora, comienzan a caminar vereda abajo, de pronto Ana que solo tiene siete años le dice: ¿tito, cuéntame una historia? Se queda pensativo y comienza su relato.

Había un hombre que vivía solo y tenia mucho amor para dar, cuando ya creía que no podría entregar a nadie ese amor que tenia por dentro, conoció a otra persona a trabes de internet, una persona buena, con un gran corazón y se enamoro entregándole todo su amor ¿otro hombre? Le corto Ana, si cariño otro hombre le responde (bendita inocencia de los niños) y ¿se amaron? Dice Ana, si, se amaron profundamente hasta que las obligaciones y los deberes de la vida les obligaron a separarse, con todo el dolor del mundo decidieron hacerlo así  aunque se juraron amor eterno.

Uno volvió a su pueblo y el otro se marcho a su país a cumplir con sus obligaciones ¿Qué no era de aquí? No cariño, era de un país que tiene un maravilloso olor a especias ¿y no se volvieron a ver? Por desgracia no, la vida pudo con ellos y con su amor, mientras decía esto una lágrima resbalaba por su cara, Ana le hizo acacharse y con su manita le seco la lágrima y le dijo: te quiero tito, él la levanto en brazos y le dio un beso en su tierna mejilla.

Caminaban camino abajo pero Ana le dijo; vamos a la carretera, como quieras cariño pero por allí es peligroso, es mejor el camino, ella le contesta: no tito vamos a la carretera.

Cuando llegaron a donde se junta el camino con la entrada del pueblo se detuvieron a descansar y en esos momentos un coche se detuvo a su altura,Ana se soltó de la mano de su tío y corrió a abrir la puerta del coche,él se quedo asombrado por la reacción de la niña, del coche bajo un hombre con el pelo ensortijado y arrugas en el rostro, se acerco lentamente a él intentando recuperar a cada segundo de su visión los años perdidos de estar juntos, en los ojos de los dos se leían solo palabras de amor,Ana llevaba cojida la mano del desconocido y agarro la de su tío también y así frente a frente diciéndose todo sin decir nada, sonó la palabra que devolvía la magia a sus vidas: estamos?



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