Qué precio más alto
hay que pagar por la
libertad
del ser amado
Solo quiero que sepas
que nadie ocupará
nunca tu lugar
porque yo se que
volverás
Aunque las arrugas
cubran tu rostro
y tus hermosas
piernas ya no te obedezcan
sabré reconocerte,
por tu encanto
Y si la muerte me
llevase
continuaré
esperándote en los cielos
para acabar lo que
empezaste
Pero si no hubiese
ni cielo ni infierno
alguno
No hay comentarios:
Publicar un comentario