viernes, 12 de septiembre de 2014

DISQUISICIONES


Qué precio más alto

hay que pagar por la libertad

del ser amado


Solo quiero que sepas

que nadie ocupará nunca tu lugar

porque yo se que volverás


Aunque las arrugas cubran tu rostro

y tus hermosas piernas ya no te obedezcan

sabré reconocerte, por tu encanto


Y si la muerte me llevase

continuaré esperándote en los cielos

para acabar lo que empezaste


Pero si no hubiese

ni cielo ni infierno alguno

recuerda, que siempre te amé




No hay comentarios:

Publicar un comentario