La hierba se seca
por donde yo paso,
como un Atila
putrefacto
cierro filas sobre mí
mismo,
hasta mi misma sombra
me rechaza y huye de
mí.
Ya sé que tengo fecha
de
caducidad, como los
yogures,
pero me gustaría que
fuera, ya
y no dilatar más este
calvario,
todos los días llamo
a mi amiga
la parca, pero se
hace de rogar.
No quiero amar como
amo
pero tampoco quiero
vivir sin amor,
el amor platónico es
una maldición
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