Tres sombras perdidas,
caminan
por las afueras del
sucio muladar,
asidos hermanados y
no tropezar
en suspiros perdidos que
ominan.
Uno, vomita veneno de
serpiente
otro, llora y sonríe
su mala suerte,
el que va todo de
negro, es la muerte
los tres se arrojan,
desde el puente.
La negra parca
consiguió lo que quería
llevarse al enamorado
desesperado,
porque la vida, ya se
encargaría de la otra
ya que sabe bien que
de amor, moriría.
Y en la batalla de la
vida, luchó y perdió
a pesar del bien
bondadoso que urdió,
nada le sirvió, tanta
caridad que concedió
por eso el camino del
muladar, emprendió.
Mendigando un
recordado beso, se marchó
gritando un inolvidable
nombre, se suicidó,
llorando finos pétalos
de claveles, se escarchó
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