Ya no soy, quien era
ni quien creía,
la vida me ha enseñado,
que fui amado.
Me marcharé de esta vida
solo y sin nada,
cargado aún de amor,
no entregado.
De las profundidades
del lago pestilente,
saliste con tú ¿verdad?
Ya no soy, ni la sombra
de lo que un día fui,
no reconozco a esa persona
que se ve junto a ti,
reflejada en el viejo espejo,
el mismo, en el que un día
se veían, dos personas plenas
de amor, a la eternidad encadenadas.
La verdad es algo relativo
existe, mi verdad
existe, tú verdad
No hay comentarios:
Publicar un comentario