La pista está vacía
solos, tu y yo
bailando un viejo
sueño
sin control y sin
música.
Nos miramos para
hablarnos
como esos viejos
borrachos
con el pasado roto a
cachos
acordamos el sexo sin
tocarnos.
No hay perdones ni
mentiras
todo está ya dicho y
olvidado
no queda tiempo para
reprochar.
Soy un hombre siempre
mandado
por las sombras
grises y siniestras
y hacía tiempo me
habías olvidado.
A veces los recuerdos
te hacen ver,
No hay comentarios:
Publicar un comentario