Lágrimas de olvidos
surcan mi viejo
rostro,
ya no siento los
latidos
del querer que
arrastro.
Por los buenos años
vividos
en este corto viaje
nuestro,
surcado de gritos y
silencios
alzo ya mi copa y
exclaustro.
Ahora no abomino la
soledad
se ha convertido en
mi amiga,
prefiero solo, que en
maldad.
No quiero tú boca que
fumiga
tus ojos solo decían
la verdad,
para mi eres como una
hormiga.
Silencios que
hablaban
Oídos que no
escuchaban,
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