Déjame entrar,
que conozca tus
fantasmas
escondidos en lo más
profundo de tus sombras.
Se benevolente,
déjate ayudar por tu
bien
para que vuelvas a
tener paz en tu sien.
No te niegues,
la muy merecida
felicidad
ahora que alguien te
da otra oportunidad.
No desconfíes,
del cantar de los
pájaros
de los bravos sonidos
de los ríos bárbaros.
Deja de sospechar,
mírame de frente a
los ojos
veras mi mente limpia
y blanca de enojos.
Ábrete a mí,
como rio se abre a la
mar
con dulzura, con
entrega aun sin domar.
Déjame entrar,
saldrán dos personas
en una
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